O Grove organiza las primeras jornadas sobre las collareiras de A Toxa

AROUSA

20 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La tradición de las collareiras de A Toxa viene de lejos. Las primeras referencias históricas sobre la existencia de mujeres en O Grove dedicadas a la elaboración y venta de collares, tomando como materia prima las conchas de la playa, datan de hace un siglo.

En la concejalía de Cultura, que dirige Antón Mascato, consideran que llegó la hora de pormenorizar sobre los orígenes y las perspectivas de futuro que existen sobre esta actividad artesanal, que durante décadas ha contribuido al sustento de muchas familias mecas. Con tal motivo, Cultura ha organizado las que serán las primeras jornadas técnicas dedicadas a este sector, presentadas bajo el título «As colareiras do Grove, un oficio milenario».

Se desarrollarán en el Centro de Interpretación da Pesca e a Salga (Cipes), el próximo 8 de mayo. Durante toda la mañana se ofrecerán varias ponencias y una mesa redonda con el objetivo de avanzar en el reconocimiento del oficio de las collareiras, analizar las posibilidades de obtener la carta de artesanato así como las peculiaridades del comercio de las piezas realizadas con conchas marinas.

Los intervinientes

Entre los invitados a intervenir en estas jornadas están el grovense Luís Rei, director de la revista Ardentía; la profesora Patricia Arias y el edil Antón Mascato, autores de una investigación historiográfica sobre las collareiras de A Toxa; el historiador Dionisio Pereira, miembro del grupo etnográfico Mascato; Elena Fabeiro, gerente de la Fundación Artesanía de Galicia; Manuel González, presidente de la Asociación Galega de Artesáns; los artesanos Concepción Canoura Leira y Chete y la joyera Noemi Lamelas Viñas.

Las jornadas se cerrarán con la presentación del nuevo reglamento de venta ambulante para el sector que está redactando la concejala de Industria e Comercio, Vitoria Canoura.

Un intento de poner orden

Con este documento, el Concello pretende poner orden en una actividad que, si bien cuenta ya con un reglamento municipal, este resulta precario y no siempre se cumple. Esta normativa, de los años ochenta, establece que las collareiras solo podrán vender objetos artesanales realizados con conchas marinas, de ornato personal o decorativo. Se prohibía ya entonces la venta de caracolas exóticas pero, lo cierto, es que no es raro encontrar en las mesas de las collareiras productos llegados de terceros países sin elaboración, corales y nácar natural y todo tipo de suvenires realizados con plástico, cuero y piedra, entre otros materiales. Hasta se ha dado el caso de vender chubasqueros.

En el Concello llevan años luchando contra estas prácticas que adulteran la tradición. Ya bajo el mandato del PP se abrieron varios expedientes a las infractoras y se llegó a retirar varios carnés. Con Vitoria Canoura al frente, se han abierto más expedientes, aunque todavía no se han llegado a imponer sanciones.

La concejala nacionalista está ahora a la espera de disponer del nuevo marco legal para tratar de regularizar a unas vendedoras con un estatus atípico, pues no tienen las obligaciones fiscales que sí tienen otros ambulantes y pueden compatibilizar la venta de collares con otras actividades profesionales a lo largo del año.