En familia por vías secundarias

AROUSA

Chano y Lourdes se subieron a la bici cuando eran niños y ya no volvieron a bajarse. «Por contagio», Julián y Rosalía se han unido al club de las dos ruedas

25 oct 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Rosalía tiene cara de pilla, el desparpajo de los niños inteligentes, y una reivindicación. «Quiero una bici con cambios. Mis amigos ya tienen bicis con marchas y yo no», sentencia, muy seria y mirando de reojo a sus padres mientras habla. Chano y Lourdes esconden una sonrisa. «Los Reyes están a la vuelta de la esquina», replica él. «La verdad es que le hace falta cambiar de bicicleta», añade ella. Y recuerdan cómo, en una excursión a Portugal, la pequeña se metió entre pecho y espalda cuarenta kilómetros de recorrido en su vehículo sin cambios. «Me cansé un poco», reconoce la niña de siete años. Lleva ya unos cuantos subida a la bicicleta y asegura que darle a los pedales es una de sus aficiones favoritas.

También a su hermano Julián, de 16, le gustan los vehículos de dos ruedas. Desde el mundo de la bicicleta ha tenido acceso a otras actividades más propias de su edad, como el half. Su padre reconoce que le cuesta cada vez más llevárselo de excursión con la gente de Arousa en Bici, «pero por el half es capaz de irse con sus amigos al Concello a reivindicar unas instalaciones para practicar», sentencia. Y se percibe en su voz ese orgullo que sienten los padres cuando ven que sus hijos se mueven, que no se resignan.

Chano y su mujer tampoco son de los que se resignan. Al contrario: desde su entrada en Arousa en Bici se han convertido en activistas a favor de un medio de transporte más limpio, más sano y más de futuro. Creen que el trabajo desarrollado por la asociación ya ha dado sus frutos. «Ultimamente se ve más gente en bicicleta», afirman. Y más que se verá si se siguen adoptando políticas como la puesta en marcha del servicio municipal de alquiler de estos vehículos. «A medida que se le va dando opciones a la gente, la gente se va animando más a coger la bici», señala Chano. Pone ejemplos de cosas que aún están por hacer: si en el centro de Vilagarcía se limitase la velocidad a 30 kilómetros por hora, el número de ciclistas se multiplicaría. «Vivimos en una ciudad que debería ser mucho más de bici de lo que es. Lo malo es que en muchas ocasiones se siguen planificando las obras sin tener en cuenta a quienes usan este vehículo», se lamenta Chano.

La seguridad, ante todo

Lourdes comparte esa opinión. «En la vía pública conviven muchos vehículos, mucha gente», argumenta. Circular en bici no es sencillo. «Cuando voy sola con la niña, yo prefiero ir andando aunque ella vaya en bici. Me resulta más fácil tenerla controlada y voy más tranquila», explica. La cosa cambia cuando se trata de excursiones organizadas por la asociación. «Son salidas muy sencillas y los niños van muy arropados por los mayores. El tema de la seguridad lo tenemos muy controlado», cuenta Lourdes.

Moviéndose por carreteras secundarias, el pelotón de Arousa en Bici disfruta de muchas horas de convivencia. «Es una forma estupenda de conocer gente, de socializar. Los niños están en contacto con otros niños, pero también con otros mayores que no son sus padres, y eso también es importante en su formación», señala Lourdes. «Además, conocemos sitios que de otra forma a lo mejor ni descubríamos. Por que, aunque no lo parezca, por carreteras secundarias se puede ir a cualquier parte», apunta Chano. Para descubrir esos otros caminos hacia el futuro no son necesarias grandes inversiones. Una bicicleta normalita suele ser suficiente.