Un centenar de motocicletas de época hace posible una nueva edición de la «Scooterada vilagarciana»

R. P.

AROUSA

19 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Motocicletas clásicas y de época retrotrayeron ayer a Vilagarcía hasta la década de los años sesenta. La explicación residía en la celebración de la scooterada vilagarciana, la tercera que se celebra en este formato. Finalmente fueron cerca de un centenar de vehículos los que partieron a primera hora de la tarde de la línea de salida situada en la alameda y pusieron rumbo a Rianxo y Dodro.

El espíritu de esta scooter-rum no era el de llegar antes que el resto. La intención era la de pasear, aprovechando el espléndido día, para disfrutar de la conducción de estas motos de cambio manual. Hubo picnic a mitad de camino, antes de reemprender la marcha y retornar. En todo momento hubo admiración de los participantes y el público ante las joyas de dos ruedas que tomaban partido en el evento.

Los moteros respetaron la indumentaria ye-yé y presentaron sus vehículos con las mejores galas. Es más, el concurso de elegancia organizado primaba exactamente eso, la pureza de las líneas del diseño original de las marcas y el estado de conservación.

Llantas relucientes, retrovisores bajos y algunos extras, tanto de complementos como de pintura y atrezzo, jugaron a favor de la concentración, que quedó realmente lucida desde primera hora.

Pero el día dio para mucho más. Se llevó a cabo una de las pruebas más atrayentes. La gymkana consistió en recorrer un circuito señalizado en el mayor tiempo posible. Se primaba la lentitud y la destreza, ya que las únicas normas de obligado cumplimiento fueron las de no poder detener el vehículo en ningún momento del recorrido ni apoyar los pies para mantener el equilibrio.

Además, la jornada se cerró con un guateque en el que sonaron los acordes sesenteros de Los Glosters.