Ambiente revuelto en Cambados

AROUSA

Carro quiso ser alcaldesa y puso de los nervios al PP; Gondar renunció y abrió brecha en el BNG. Son dos clásicos en apuros

21 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Baja el río revuelto en Cambados, y no precisamente por los vertidos que asolan el Currás y tanto parecen asombrar a un Gonzalo Durán que descubre «lobbys rojos» allá donde posa la mirada. La clave está en otra parte. Durante décadas, Partido Popular y Bloque Nacionalista Galego han dominado el escenario político en la villa del albariño. Son dos auténticos clásicos, cuyo toma y daca ha quedado un tanto diluido al auparse el PSOE a la categoría de segunda fuerza en el Concello tras las elecciones del 2007. Pese a ello, las misteriosas fuerzas que impulsan las dinámicas sociales vuelven a poner en paralelo las carreras inversas de conservadores y nacionalistas bajo el elemento común del revoltijo metido en el cuerpo.

El susto cayó sobre los populares cambadeses en el momento en el que José Manuel Cores Tourís fue nombrado delegado de la Xunta para el área (que no la provincia) de Pontevedra. Pocos habían reparado hasta entonces en las verdaderas ambiciones que asistían a quien fue la número 2 de la gaviota en los comicios del 2007, y a partir de entonces responsable municipal de Cultura. Solventado ya el conflicto con la marcha de la ex concejala a la delegación de Cores Tourís, ahora se sabe que, en realidad, Anabel Carro quiso convertirse en la primera alcaldesa de Cambados, desplazando para ello a Luis Aragunde , en quien la oficialidad del PP había puesto sus ojos para el relevo hace ya bastantes años.

Carro se negó hasta el último instante a abandonar su labor en el Ayuntamiento arousano. Y su firmeza en esta decisión pudo haberle costado un serio disgusto a los conservadores, puesto que la ley respaldaba a la concejala en sus pretensiones. El orden en el que los candidatos figuran en una lista electoral no responde a un simple azar, ni al cálculo de cuántos representantes pueden entrar en una corporación. Muy al contrario, la normativa establece claramente que el sustituto de cualquier edil electo, incluido el alcalde, debe ser el siguiente de la candidatura. Es decir, para el caso que nos ocupa, la entonces responsable del área cultural. ¿Qué habría ocurrido si, obligada a renunciar al bastón de mando, Carro hubiese abandonado la disciplina popular para pasar a inaugurar el grupo mixto? La gaviota se jugaría una moción de censura. No sucedió, así que la cosa no trascendió del ámbito de la política-ficción.

El perfil de los candidatos

Tampoco el BNG parece acertar en el perfil de los candidatos elegidos para conformar su apuesta en Cambados. Como le sucede al PP, no se trata tanto de la mayor o menor valía de los mismos, como de lo que se espera de ellos y del grado de aceptación de las directrices que emanan de las cúpulas de sus respectivas formaciones políticas.

Aunque Amancio Gondar atribuyó su renuncia a factores de tipo personal, y sus compañeros de grupo le arroparon en su despedida, parece obvio que en su decisión pesaron también otros motivos. Pero independientemente de las mayores o menores desavenencias que haya podido haber entre el ex concejal y la actual secretaria de Organización del BNG, Montserrat Prado, lo verdaderamente importante es que este asunto remite a un problema que aqueja a los nacionalistas cambadeses como mínimo desde el 2003, momento en el que Xoán Antonio Pillado, ex alcalde y hoy responsable local del Bloque, dejó la cabeza de lista. El BNG se fijó entonces en Xosé Ramón Durán para liderar el empeño de derrocar al PP. El suyo era un perfil mucho menos marcado, una apuesta diferente, una suerte de apertura a ámbitos sociales en los que hacía mucho tiempo que el Bloque se mostraba incapaz de penetrar. Aquella elección distó de complacer a todo el mundo. Y a la postre, pese a su intenso trabajo desde la oposición, Roque Durán no tuvo la oportunidad de presentarse una segunda vez.

El caso de Gondar es parecido. Presidente de la asociación de comerciantes Zona Centro, su rol dista del que ofrece el clásico militante del Bloque. Tal vez lleven razón quienes están convencidos de que el cambio en Cambados pasa por encontrar un perfil más contundente, definido e ideológico para acompañar a Víctor Caamaño . Pero si es así conviene que los nacionalistas dejen de pescar aquí y allá y se centren en ello. Porque la organización no se merece este penar. Y a quienes va dejando por el camino, tampoco.