Tras varios días con la amenaza de lluvia sobre nuestras cabezas, el cielo se abrió ayer sobre Arousa para dejar caer ese agua que, en Galicia, es arte. Llega en mal momento, justo cuando el calendario festivo marca unos días de descanso y vacaciones. Tras el mostrador de la oficina de información turística de la plaza de A Peixería, Patricia García es una espectadora de excepción del movimiento turístico en la ciudad.
-¿Se nota que estamos en Semana Santa o se nota más la crisis?
-Sí que se nota que estamos en Semana Santa. Hoy está la cosa un poco más tranquila, pero estamos teniendo bastante gente. Desde el lunes han pasado por aquí más de doscientas personas, y aún quedan los días fuertes. Estamos teniendo más gente que el año pasado, que en total hubo unas 240 personas. Vamos a superar esa cifra de consultas.
-¿De dónde vienen los turistas que nos visitan?
-Es sobre todo turismo nacional. Gente de Madrid, Castilla León, Asturias, Barcelona... La zona norte del país.
-Vamos, los que menos miedo le tienen a la lluvia.
-Sí (risas). La gente que viene a Galicia no viene buscando sol y playa, ya saben que pueden tener mal tiempo. Buscan los otros recursos turísticos que tenemos aquí: gastronomía y paisaje fundamentalmente.
-¿Por qué pregunta la gente?
-Por la ruta de los pazos, por Cortegada se interesan mucho y por los museos. Además, casi todo el mundo que pasa por aquí se va con la referencia del mirador del Monte Lobeira, por el paisaje que se puede disfrutar desde allí, aunque el tiempo no acompaña.
-Acaba de colgar un cartel de una competición de bateles que anuncia que «hai polbo á feira». ¿El pulpo es un buen reclamo?
-Por supuesto. Todas las fiestas gastronómicas son un exitazo. Y la mayoría de la gente que viene por aquí pregunta por un sitio donde tomarse unas almejas o un pulpo... De hecho, creo que todos los turistas que vienen a Vilagarcía acaban en la zona de vinos y tapas.