«Non me gusta ter trascendencia de cara ao público»

AROUSA

Barral escribe desde hace 30 años y da nombre a un premio de poesía en O Grove

21 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Para dar nombre a los premios casi siempre se elige a personas que ya han fallecido. Barral, así le llaman en O Grove, puede jactarse de dar nombre al premio de poesía que desde hace tres años convoca el instituto de As Bizocas -se falla el 2 de abril-, pero lejos de su intención presumir de ello. «Eu non son nada fachendoso, non me gusta figurar. O importante non é de quen leva o nome, o importante é que haxa un premio que sirva para fomentar a poesía», señala.

Este profesor de lengua y literatura gallegas, jubilado desde hace dos años, siempre tuvo una querencia especial por el verso, tanto a la hora de dar clase como en su ámbito particular. Xosé Antón lleva escritos un centenar de poemas a lo largo de su vida de los cuales solo conserva unos cuantos. «Desfíxenme de moitos pero algúns os conservo enmarcados». Es el caso del A miña terra , inspirado en la historia de O Meco y A miña dorna mariñeira , en el que plasma la travesía de una dorna desde A Lanzada, cruzando A Barrosa hasta llegar a Lordelo. O Grove es una de sus inspiraciones a la hora de escribir, pero también lo es su familia. Entre sus poemas más queridos figura uno dedicado a su esposa y otro a su nieta Olga Pérez, elaborado en forma de composición acróstica.

Barral no es de los que sienta a esperar a que llegue la inspiración. Escribe a «ramalazos». «Unha vez veume a inspiración ás catro da mañá, unha noite de estío en Lordelo, vendo a entrada da ría e fun escribir», recuerda. También mira en el espejo de sus autores favoritos. Indiscutiblemente, Ramón Cabanillas en verso; en prosa sus referentes son Otero Pedrayo, Cunqueiro Risco y Castelao. No va a ser posible ver sus trabajos editados. «Non me gusta publicar nin ter trascendencia de cara ao público» dice, pero sí le gusta escribir y transmitir la poesía. Barral era de los que instaba a sus alumnos a leer en viva voz para que se acostumbraran a la cadencia de los versos y de los que fomentaba la lírica en aquellos obradoiros que se organizaban en el IES As Bizocas.

Padres e hijos en sus clases

En el instituto de San Vicente cubrió su última etapa como profesor: entre los años 2000 y 2007. Su intención era dilatar su jubilación hasta que cumpliera los 70 pero, por motivos personales, tuvo que abandonar las aulas a los 66. A sus espaldas acumula más de 40 años de docencia, de los cuales la práctica totalidad transcurrieron en O Grove. En 1965 se estrenó como profesor provisional en O Rosal y después de pasar por Tui y por Vilalonga fue destinado a las escuelas unitarias de San Vicente. Ya no se movería de su municipio. En 1973 estrenó el colegio Valle-Inclán donde impartió lengua y literatura gallegas e incluso matemáticas.

Así es que por sus clases han llegado a pasar los hijos de los que fueran ya sus alumnos y ha asistido a todos los avatares del sistema educativo. «É difícil dicir se era mellor o de antes ou o de agora. Todos os tempos tiveron a suas cousas boas e malas, todos os extremos son malos. Antes valorábase máis a cultura do esforzo pero os rapaces de agora tampouco o teñen doado».

A Barral no le gusta mucho hablar de la impronta que dejó entre sus pupilos. «Cada un terá a súa opinión. No instituto sempre fun dos profesores máis respectados e case sempre me escoitaron. Tiña fama de recto pero eu sempre procurei ser xusto, aínda que é difícil conseguilo. Por riba de todo, ao chegar á clase, eu era profesor».

Fuera del colegio, sus inquietudes siempre pasaron por la escritura, fuera elaborando el diccionadrio de historia o haciendo poemas. Empezó a escribir versos «en serio» en los ochenta y ya no paró, aunque siempre de forma relajada y sin marcarse metas. El último que compuso es Cinsenta , hace un par de años. Su curiosidad filológica le llevó también a investigar el origen de las diferencias en el habla, ya no de O Grove con otras partes de Galicia, sino dentro del propio municipio. «En San Vicente non hai seseo. É algo curioso que estiven mirando, pero non sei por que se da». Es, una más de las peculiaridades de este pueblo que le vio nacer y del que se confiesa «enamorado».