Aún quedaban ganas de fiesta

Begoña Paso redac.arousa@lavoz.es

AROUSA

10 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Todo un éxito la primera edición de la Festa do Carneiro celebrada en Rubiáns. Está claro que la idea de la asociación O Souto, que preside Xurxo Abuín, llenó un hueco en la vida local. Desde que cerraron los bares que tradicionalmente preparaban tan sabrosa carne, los vecinos echaban de menos esas reuniones vecinales con un buen carneiro como protagonista. Por eso las 500 raciones preparadas para la ocasión al precio de ocho euros se quedaron escasas. A la una y media de la tarde quedaba pulpo y empanada, pero del motivo principal de la velada, ni un triste trozo que perderse entre las muelas. Claro, que mucho habrá tenido que ver los suculentos y generosos platos que preparó la organización. No hay más que ver la imagen que acompaña la página para que la boca se haga agua. Así que si usted es de los que no se enteró a tiempo o no pudo acercarse a Rubiáns, tranquilo. Seguro que el año que viene habrá más. Por cierto, que para amenizar los bocados también hubo música, con la actuación de la orquestra Trébol, otro plato sabrosón. El final del verano. Los niños que ayer disfrutaron de la fiesta organizada por Zona Aberta con motivo del inicio del cole habrán dicho lo mismo que los de ese anuncio que, después de cantar tristemente que el final del verano llegó, se preguntan: «¿Y qué? Porque ayer el ambiente en la plaza de la Pescadería -a donde finalmente hubo que desplazar la convocatoria por culpa del mal tiempo- no hacía presagiar lo que se les viene encima mañana. Los pequeños disfrutaron de lo lindo en los hinchables que la asociación de comerciantes puso a su disposición, y los más atrevidos hasta se animaron a subirse a lomos de ese toro descarado que, a la mínima, te deja por los suelos. Fue una tarde muy divertida que, siguiendo la filosofía del anuncio, no tiene porque ser preludio de nada malo. En realidad, con el tiempo que hace, casi lo mejor que les puede pasar a los peques es volver a las aulas a reencontrarse con los viejos amigos. No solo lo agradecerán ellos, sino también sus padres, que ya no saben qué hacer con la prole abriendo la boca en casa. A fin de cuentas somos animales de rutinas, y los cachorros van entrenados. ¿Que no les sirve de consuelo? Al menos lo hemos intentado.

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