Reservas para comer en la playa

AROUSA

Comenzó como un chiringuito, pero hoy el Tango es para muchos un templo de la carne, hasta el punto de que para asegurar una mesa es preciso llamar con antelación

10 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

En el año 90, Gonzalo Sisto padre regresó de Argentina con su familia y comenzó a recorrer playas buscando un lugar idóneo para montar un chiringuito. Cuando vio Area Grande, en O Grove, supo que lo había encontrado. Fue al Ayuntamiento a solicitar el permiso y a los pocos días recibió una llamada. «No me querían dar esta playa, porque decían que los dos chiringuitos que había habido no habían salido adelante», recuerda. Le ofrecieron otras dos ubicaciones, una de ellas la playa de As Pipas. Pero no se rindió: «Ustedes denme la licencia que a la gente ya la llevo yo».

Desde entonces, Gonzalo, su mujer Liliana y sus dos hijos, Gonzalo e Inés, han hecho del Tango -así han llamado al local- su modo de vida y lo han transformado del chiringuito inicial en un auténtico restaurante a pie de playa.

Gonzalo padre nació en Romai y se fue con quince años a Argentina. Cuando regresó hizo un curso de hostelería, porque para él es imprescindible un buen servicio al cliente. Sus dos hijos, que hoy ya se encargan del negocio, también han estudiado en la escuela de hostelería. Desde su concepción del negocio, creen que uno de los principales problemas es la falta de personal preparado para trabajar en el sector. Tanto es así que prefieren «coger a gente que no haya trabajado para formarla a nuestra manera».

La carne es la especialidad de este restaurante. «La mejor carne gallega al mejor estilo argentino» es su tarjeta de presentación. El secreto de su éxito parece, a priori, sencillo: «Aquí el churrasco se adoba, nosotros lo hacemos natural».

Pero algo más debe tener este local cuando se llena de gente todos los días. «Trabajamos únicamente con reservas. Tenemos el sitio que tenemos y tenemos que trabajar con reservas», explica Gonzalo hijo.

Las 22 mesas y una cocina relativamente pequeña no dan para atender a todos os clientes que eligen este lugar para comer. Así que quien quiera almorzar en el Tango no debe olvidar llamar con antelación. Por la semana suele bastar con hacerlo el mismo día, pero si se trata del fin de semana, mejor asegurarse y hacerlo el viernes o incluso el jueves.

«También hacemos comida para llevar. Hay gente que viene todo el día y se lleva la comida para comer en la playa», dice Gonzalo. En este caso también es aconsejable encargarla con antelación, especialmente si es un domingo.