Chan de Armada desvela sus secretos milenarios

AROUSA

01 jul 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La mámoa de Chan de Armada es una de las pocas excavadas con un método científico, pero los arqueólogos apenas conocían datos sobre este túmulo funerario siete veces milenario, porque las anotaciones de su primer estudio se perdieron con la muerte de su autor en la década de 1950. Así pues, la intervención que realizan los arqueólogos ahora sorprende por sus hallazgos, no tanto materiales, sino sobre la estructura del dolmen.

Uno de los objetivos de la excavación, dirigida por Juan Carlos Castro, es el estudio de las grandes losas que componen la mámoa, su reposición al estado original donde sea posible y su consolidación. Cuando comenzaron los trabajos hace un mes, había serias dudas sobre el estado del monumento, encajado entre cables y una pista forestal y víctima de los constantes movimientos de tráfico rodado que pasaba justo por encima de las piedras que los marinenses de la Prehistoria colocaron encima del túmulo funerario.

Varias semanas de trabajo han permitido confirmar que todas las piedras de la mámoa se han conservado, aunque el tiempo no ha pasado en vano. Castro precisó: «Non falta ningunha peza da cámara nin do corredor da mámoa. As pezas están completas, aínda que hai moitas pedras fisuradas». Los arqueólogos dejarán testigos en las piedras para comprobar en fechas futuras si se producen desplazamientos en las losas que puedan exigir otras medidas más contundentes. Por ahora, parece que con que se retirase la pista forestal que la atraviesa sería suficiente. Este traslado de la pista dependerá de Medio Rural. Entonces se podrá descubrir la parte del túmulo que está oculta.

Otra novedad fue poder constatar que la gran tapa de piedra que cubre la losa es, aparentemente, la original. Había dudas sobre este particular, pero la excavación indica que sí lo es, aunque después de haber sido colocada y movida varias veces en los últimos cien años, no está todo lo bien que podría desearse.

Probablemente, la mala calidad de la piedra es la responsable de que no hubiese sido reutilizada en tiempos modernos, como sí ocurrió con otros monumentos prehistóricos.