Multan a una coruñesa con 300 euros por llevar un tirachinas colgado en el retrovisor del coche

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo A CORUÑA/LA VOZ.

A MARIÑA

Los agentes de la Policía Local la acusan de un delito de tenencia ilícita de armas

13 mar 2017 . Actualizado a las 19:16 h.

Hace más de 23 años, el abuelo de Iria Creo le regaló un tirachinas artesanal de madera, que él mismo había construido con ayuda de una navaja, y con que el que ambos jugaban cuando era pequeña. Este recuerdo de su familiar ya desaparecido siempre tuvo un valor muy especial para esta coruñesa, que hace tiempo decidió colgarlo en el espejo retrovisor de su coche -al lado de un rosario y de un llavero del Guggenheim-, para tener siempre presente el recuerdo de su pariente.

Sin embargo, desde el pasado jueves, este juguete infantil está requisado en las dependencias de la Policía Local coruñesa, después de que una patrulla parase a su novio, Rubén López, y decidiese ponerle una multa por tenencia ilícita de armas. Sucedió a las nueve de la mañana, cuando este acababa de dejar a su novia en el trabajo y un coche del 092 decidió darle el alto y solicitarle la documentación del vehículo.

«Le pidieron los papeles del coche, y como estaba todo en regla, se fijaron en el tirachinas y le dijeron que era un arma y que no tenía permiso para llevarla», explicaba ayer Iria Creo, que estaba indignada con el «exceso de autoridad de los agentes».

Tipificado

Por su parte, Rubén López les relató a los policías toda la historia del juguete, que pertenecía a su novia y que tenía un gran valor sentimental para ella, algo que no pareció importarles, ya que le respondieron que, según la ley, los tirachinas están tipificados como armas.

Al día siguiente, la propia Iria Creo fue a la comisaría para intentar recuperar su recuerdo familiar y acabar como este episodio «que parece surrealista, pero que si dentro de diez días no me hacen caso en la Subdelegación del Gobierno tengo que pagar 300 euros de multa». La respuesta de los agentes a sus súplicas fue decirle que su juguete estaba requisado, y volvieron a explicarle que se trataba de un arma. «El otro día un hombre disparó a una mujer en la Domus; en Penamoa andan todos con pistola, y me vienen a decir que un tirachinas de madera es un arma peligrosa», protestaba ayer Iria Creo, que seguía sin dar crédito a lo que le estaba pasando.

Esta joven coruñesa espera que los responsables de la Policía Local coruñesa entren en razón, y además de dar marcha atrás a todo este suceso, le permitan recuperar este recuerdo tan especial.