La cocina en directo en el Peña Mar

L.P.

A MARIÑA

01 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

De la cocina, los platos a la mesa, tras ver cómo son elaborados. La técnica de los cocineros vista en directo. Nada de platos ni menús precocinados. El arte de usar la plancha a la antigua usanza, al modo tradicional. Son algunas de las características de la cocina del Restaurante Peña Mar, de Castropol, que estrena unas instalaciones de vanguardia, únicas, que sorprenden por sus dimensiones y tecnología, hechas a la medida por la empresa León Mori.

El origen del Peña Mar se remonta al año 1963, cuando José Martínez Díaz puso los cimientos en un pequeño y acogedor local donde su esposa, Mercedes Vinjoy, hacía gala de su arte y habilidad con la cocina casera. El relevo lo tomó su hijo, Marcelino Martínez Vinjoy, con su mujer, María Concepción Álvarez, logrando consolidar al Peña Mar como un referente entre los establecimientos gastronómicos de Asturias y Galicia.

El restaurante de Castropol tiene capacidad para setecientas personas y dispone de tres amplios salones para bodas y banquetes. Las zarzuelas de pescados y mariscos, los pescados de roca al horno, los postres caseros y los platos de cocina tradicional elaborados con productos de primera calidad han hecho famoso al Restaurante Peña Mar, que también dispone de servicio de parrilla los fines de semana.

Plus de calidad

Ahora, con la nueva cocina, los clientes del restaurante pueden ver cómo se elaboran los platos. Ello, además de un plus de calidad que distingue al establecimiento, contribuye a garantizar la calidad del producto final, que es más sabroso al no haber nunca platos precocinados.

«Trabajamos a la usanza tradicional; se hace todo de frente y en el momento», manifestó Marcelino Martínez, quien está cediendo el timón de la cocina a su hijo, José Manuel, perfectamente secundado por Iván Fernández, que lleva ya varios años trabajando en el establecimiento de Castropol.

Las nuevas instalaciones son espectaculares. La cocina la forma un único bloque de casi seis metros de longitud por 1,80 de ancho. Fue fabricada en Barcelona, durante cuarenta días. En su montaje, ya en el Peña Mar, participaron catorce personas durante varios días y se necesitó una grúa especial para moverla.