La corporación ve «improcedente» la nave cubierta en el puerto ribadense

La Voz

A MARIÑA

14 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Vémolo francamente improcedente a priori polo que temos falado». Así se manifestaba ayer el alcalde ribadense, el nacionalista Fernando Suárez, tras la reunión con el presidente de Portos de Galicia, Jacinto Parga, quien se desplazó a Ribadeo para informar a los portavoces de los partidos con representación municipal de los detalles de la solicitud de una concesión presentada por Galigrain S.A. para construir una terminal cubierta de carga, descarga y almacenamiento de mercancías generales en el puerto local. Los argumentos defendidos por el titular de Portos, que vinculan esta futura actuación con la mejora de la operatividad del muelle comercial, perdieron protagonismo tras la posterior comparecencia del regidor, flanqueado por los portavoces del PSOE, PP y UPRI, que representados por Suárez dejaron clara cuál será la postura del Concello a la hora de valorar la concesión de la licencia municipal: «A nós parécenos francamente cuestionable que iso (por la nave) poda chegar a nacer sequera».

Sin estudios oficiales

El mandatario confirmó que aunque sabe que la superficie de afección será de 6.000 metros desconoce el proyecto en tres dimensiones y las alturas proyectadas. Como portavoz municipal, Suárez explicó que, a diferencia de los objetivos de Portos, los representantes municipales tienen responsabilidad sobre el puerto, el turismo, el crecimiento ordenado del ayuntamiento y otros aspectos. La corporación entiende que el puerto puede atender actualmente la demanda de Ence, una postura que sostiene argumentando que aunque la empresa prevé duplicar el movimiento de pasta de papel en el muelle, la tramitación y la construcción de la nave no concluirá antes del 2009: «Veremos si funciona ou non o porto». Los representantes municipales también echan en falta un estudio oficial sobre cómo influye la lluvia en los tiempos de trabajo: «Isto non é a Amazonia é Ribadeo, e cando chove escampa».

No solo la comparecencia de los portavoces de la corporación puso el primer freno a la actuación. Desde las doce menos cuarto, tal y como rezaba en la convocatoria realizada por móvil, alrededor de medio centenar de personas protagonizaron una cacerolada ante el consistorio como manifestación de rechazo a la construcción de la nave que parcialmente se levantará sobre de la ría.