Hay mucha vida más allá del siglo para Julia y Evaristo

E. M.

LUGO CIUDAD

Setenta familiares rindieron homenaje a los cuñados centenarios de Trabada

09 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El título de maestra nacional de Julia Fernández Suárez (Trabada, 1 de enero de 1908) está firmado por Alfonso XIII. Ella y su cuñado Evaristo Fernández García (Trabada, 31 de octubre de 1907) suman doscientos años. Unos setenta familiares directos de los dos centenarios trabadenses se juntaron ayer para rendirles un cálido homenaje. Evaristo y Julia participaron, emocionados, en esta fiesta, promovida por sus nietos Rubén y Begoña. Julia ejerció de maestra en Abres durante cuarenta años y su cuñado fue alcalde de barrio en esta misma parroquia.

Celedonia tiene 96 años y lleva 73 casada con Evaristo. Como cada día, también compartieron mesa en la fiesta. Julia y Celedonia se reencontraron ayer, tras varios años, con su hermano Martín, de 94 años, quien reside en Santander. Rubén, nieto de la centenaria homenajeada, habla de su abuela y de su tío abuelo: «Están estupendamente, fan unha vida normal, comen de todo, menciñas poucas... A miña avoa gústalle o fútbol, é unha gran aficionada, e le o periódico. A todo o mundo lle chama a atención a calidade de vida que teñen. Levántanse ás dez, durmen a sesta, acuden aos eventos familiares», relata, orgulloso.

«Casi que estamos todos emocionados», reconocía ayer uno de los artífices de este encuentro, una cita histórica de una familia extensa, repartida por Madrid, Barcelona, Santiago, Lugo, A Coruña o Vigo, que ha logrado mantenerse unida en torno a sus líderes centenarios. «Estamos moi contentos de ter xuntado a tanta familia (...). Miña avoa ten dous bisnetos e Evaristo, cinco», comenta.

La comida se celebró en el restaurante La Dorada de Ribadeo y culminó con las habaneras de la Coral Polifónica. Los centenarios fueron obsequiados con un retrato pintado a mano. Por la mañana asistieron todos a la misa cantada por la Coral Polifónica de la Villa de Castropol, en la iglesia de Santiago de Abres. Julia y Evaristo compartieron protagonismo con sus parientes más cercanos, que les desearon una larga vida.