La vecina más longeva del municipio focense, Rosa Lamelo Teijeiro, falleció este fin de semana a los 104 años de edad. Hasta hace muy poco todavía cultivaba su huerta
13 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.La comarca se quedó sin una de sus centenarias. La focense Rosa Lamelo, con 104 años de edad, fue enterra ayer por la tarde en el cementerio de Vilaronte, parroquia donde vivió prácticamente toda su vida, hasta que hace muy poco se fue a vivir con su nuera Marifé. El domingo por la mañana, cuando fue a llevarle el desayuno a la cama, como solía hacer, se la encontró muerta.
La vitalidad y lucidez de la abuela de Foz sorprendía a todos cuantos la conocían. Había sobrepasado con creces la centena y todavía cultivaba su huerto y plantaba la tierra de las patatas a mano y limpiaba su casa, cocinaba y lavaba su ropa, casi siempre a mano porque no le gustaba cómo se la dejaba la lavadora. Y hasta el mismo día en que falleció mantuvo una relativa buena forma.
Recordamos de ella cómo cada mes de septiembre, por su cumpleaños, atendía con buenas dosis de paciencia las preguntas de los periodistas y recibía el ramo de flores que desde que superó el siglo de vida le obsequiaba el alcalde García Rivera y la concejala Rosa Alonso. Ayer le enviaron también flores sus vecinos de A Espiñeira, que a diario la visitaban para tomarse con ella un café o para charlar un rato delante de su puerta, un gusto, el de la conversación, que mantuvo hasta que falleció ya que, según nos contaron, solía acostarse tarde porque le gustaba estar charlando con su familia.
Rosa deja una larga descendencia: le queda un hijo de los cuatro que tuvo, dieciséis nietos y veintincinco o veintiséis bisnietos. Ayer muchos de ellos viajaron desde distintas localidades para despedir a la anciana.
Ahora que Rosa no está solamente quedan en Foz tres mujeres que superan la centena. Dos de ellas, Carmen Teijeiro y Ramona Cagigal, son también de la misma parroquia de Vilaronte, donde a tenor de estos datos, es una zona que debe ofrecer unas condiciones de vida muy buenas para superar el siglo de vida. La tercera centenaria es Sagrario Pedreira, de Fazouro, que cumplió en octubre pasado 101 años de edad y también con bastante buena salud.
En el caso de Rosa Lamelo, su secreto, si es que había tal secreto, es que en sus tiempos jóvenes tuvo una vida de duro trabajo y muy activa hasta el final de sus días y un carácter jovial que la hacían ser una persona apreciada y querida por los que la conocían.