La reconstrucción de Ecuador tardará de seis a ocho meses

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ, AGENCIAS

INTERNACIONAL

RODRIGO BUENDIA | AFP

El terremoto arrasó la provincia de Manabí y el sur de su vecina de Esmeraldas, donde el Gobierno mantiene la declaración de emergencia y las labores de asistencia humanitaria

17 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue «la peor tragedia de las últimas siete décadas», según su presidente, Rafael Correa, pero un mes después del terremoto que sacudió Ecuador el país lucha por sobreponerse a la catástrofe. Aún así, la situación todavía es complicada para miles de familias que dependen de la ayuda humanitaria y permanecen alojadas en albergues temporales en condiciones precarias. El director de Cooperación de Ayuda en Acción, Fernando Mudarra, señaló a Efe que «es necesario que la gente recupere la normalidad, salga de los refugios provisionales y empiece a reconstruir sus viviendas y sus formas de vida». Sin embargo, estima que la reconstrucción va a tardar unos seis u ocho meses.

El terremoto arrasó la provincia de Manabí y el sur de su vecina de Esmeraldas, donde el Gobierno mantiene la declaración de emergencia y las labores de asistencia humanitaria. «En Esmeraldas había un nivel de devastación muy importante, en las construcciones y en el paisaje, pero, sobre todo, había mucho miedo en la gente», recuerda el portavoz de la oenegé, quien apunta que en algunas zonas rurales se encontró familias con cinco o seis niños que estaban «aterradas y desorientadas» y que salían a la carretera para buscar información porque los móviles no funcionaban.

En el último mes, precisa, la situación ha evolucionado de manera diferente en los principales núcleos urbanos de Manabí, como Portoviejo, Manta y Pedernales, y en las zonas rurales, con pequeñas poblaciones dispersas. En las áreas urbanas se ha producido un rescate de personas que estaban enterradas bajos escombros, se han restablecido los sistemas de agua, se distribuyó ayuda alimentaria y se mejoraron los albergues en los que se han instalado los damnificados. En las zonas rurales, la distribución de la ayuda humanitaria se ha visto complicada por la dispersión de la población y todavía se están atendiendo las necesidades básicas de personas que no tienen posibilidad de volver a sus lugares de origen.