Desde hace 1992, Brigitte Bardot vive con su cuarto marido, Bernard D'Ormale, en Saint-Tropez, de donde casi nunca sale. Desde hace años, sus apariciones públicas y declaraciones tienen casi siempre que ver con su fundación en defensa de los animales y, en ocasiones, con su defensa de Marine LePen, a quien considera «la Juana de Arco del siglo XXI».
XLSemanal. ¿Cuáles han sido los acontecimientos que más la han marcado en su vida?
Brigitte Bardot. Mis matrimonios con Gunter Sachs y con Bernard d’Ormale, y mi boda con una pequeña foca blanca sobre el hielo del ártico.
XL. Usted es el símbolo de una cierta emancipación femenina. ¿Cómo la definiría?
B.B. ¿Definir el qué? Yo no he tenido nada que ver con la emancipación de las mujeres. He vivido como he querido y sigo haciéndolo, pero soy a la vez libre y dependiente del hombre que amo.
XL. ¿Cómo se enfrenta al paso del tiempo?
B.B. Respeto la ley natural de la vida, sin contradecirla. El tiempo me ha enseñado mucho. Intento transmitirlo, me siento serena.
XL. Su determinación molestó a menudo a los biempensantes. ¿Cómo ha sido su evolución?
B.B. Sigo sorprendiendo a los pobres de espíritu, a los mediocres y a los sectarios. Toda mi vida seguiré diciendo lo que pienso, le disguste a quien le disguste.
XL. ¿Amó usted como lo deseaba?
B.B. Sí. He amado mucho, de forma apasionada, enloquecida, y nada en absoluto. Pero he amado y continúo amando. Está en mi naturaleza.
XL. Si tuviera que elegir a un solo hombre en su vida, ¿quién sería?
B.B. ¡El próximo!
XL. Cuando muera, ¿sigue queriendo que la entierren en La Madrague, su propiedad de Saint-Tropez?
B.B. Sí, he obtenido la autorización para pasar la eternidad al lado de mis animales aquí. ¿Podré hallar la paz que nunca encontré en vida?
XL. ¿Qué le gustaría que quedara de usted para siempre?
B.B. El amor que tengo por los animales y el respeto que les debemos.
Así se construye un icono internacional
La actriz posa desnuda en 1965 sin Photoshop ni especial iluminación. Su naturalidad fue la clave de su éxito. Era incuestionablemente bella, pero medía 1,65 metros y era menuda. Su sensualidad es lo que en los años cincuenta revolucionó una Europa de posguerra todavía gris y reprimida.
Bardot creció en una familia acomodada en un buen barrio de París. De pequeña quería ser bailarina, pero, aconsejada por su madre, comenzó a trabajar como modelo y con 15 años fue portada de Elle. Eso le abrió las puertas del cine. Con 18 años rodó la primera película, Le trou normand. «Siempre fui una mala actriz», llegó a decir Bardot de sí misma.
El salto en su carrera se produjo de la mano de su primer marido, Roger Vadim, que la dirigió en Y dios creó a la mujer, en 1956. La película incluye una de las escenas más eróticas de la historia del cine. Pero más impacto tuvo aún que la pasease en el Festival de Cannes descalza y despeinada rompiendo el encorsetamiento de las estrellas de cine de la época.
El matrimonio con Vadim duró solo cinco años. A partir de 1957 se suceden una interminable serie de amantes en la vida de Bardot. Hasta doce le atribuye la prensa. Los medios la acosan. Se habla de abortos y de intentos de suicidio. Sacha Distel [en la imagen] destaca entre sus parejas, pero él quería que ella renunciase al cine. Y ahí acabó la relación.
Bardot fue un sex symbol internacional. La única actriz europea que provocaba furor en los Estados Unidos en aquella época. Allí filmó varias películas de las más de 50 que rodó en total. Grabó también varios discos. En 1973, de repente, anunció que se retiraba. Se pensó que era solo un arrebato, pero fue definitivo. Lo único que lamenta, dice, es no haber trabajado con Fellini y Bergman.
En 1959 se casó con el productor Jacques Charrier, con quien tuvo un hijo: Nicolas-Jacques. La maternidad no le gustó. Al niño lo crio su padre. En su libro de memorias, Bardot solo se refiere a él para contar el horror que supuso para ella el embarazo, «un tumor que se alimentaba de mí». El padre la demandó. Según algunas publicaciones francesas, madre e hijo han tenido en los últimos años algún contacto.
Bardot es una gran defensora de los animales, por los que siente una compasión que no demuestra por los humanos. Ha sido multada cinco veces por incitar al odio racial. Se opone radicalmente a la inmigración y reniega de Francia, que juzga «invadida por los emigrantes y en manos de políticos incompetentes», entre los cuales solo salva a la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen.
Después de divorciarse de Carrier y tras varios amantes más, en 1966 Brigitte cayó rendida ante el millonario alemán Gunter Sach, que la sedujo lanzando miles de rosas desde una avioneta sobre su casa. Se casaron en Las Vegas. Tres años les duró el amor. «Tres años con Brigitte Bardot son como 30 con cualquier mortal», dijo él.
Entrevista de Christian Brincourt