Viernes, 22 de Marzo 2024, 09:24h
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Acabo de salir de una panadería con un croissant cuadrado, no las tengo todas conmigo. No entré en ella con la intención de comprarlo, pero ahí estaba, entre lemon pies resplandecientes y tartaletas finas de manzana, éclairs de pistacho y otras cosas igualmente espectaculares: cuadrado, dorado, brillante, tenía mi nombre escrito en su reluciente corteza. A mí la vida me ha llamado a probar cosas nuevas todo el rato, lo cual es a partes casi iguales una bendición que una maldición. Las harinas, en cualquiera de sus formas, me encantan.
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