La Voz de Galicia

«Luis, ¿firmaste por el Barcelona?»

Torre de Marathón

La Voz

Se cumplen 64 años de la marcha del delantero coruñés al Barcelona

02 May 2018. Actualizado a las 12:39 h.

-Luis, ¿firmaste por el Barcelona?

Un silencio de accionista de la Telefónica

-¡Luis!

-Ya, ya oigo. No puedo decir nada.

-Pero, ¿qué pasa?

-Nos han dicho que no contásemos nada si se nos preguntaba

-Aquí se ha dado ya la noticia de vuestro fichaje

-¿Ah, sí? Pues no quiero saber nada. No puedo hablar. Se nos ha dicho que de la firma no dejéramos nada.

Esta era la conversación que un 21 de marzo de 1954, hace 64 años, Orestes, redactor de La Voz de Galicia, y Luis Suárez Miramonte, extremo del Deportivo de La Coruña, mantenían vía telefónica. Era la confirmación de una pésima noticia para el equipo coruñés que coincidía con el despegue del mejor futbolista gallego de todos los tiempos. Una carrera que acabaría bañada en oro.

Ni una temporada le duró el de Montealto a Carlos Iturraspe, el entrenador de aquel Dépor 1953-1954, el curso en el que otro mito, Juan Acuña, perdió el protagonismo en la portería blanquiazul que pasó a manos de un joven Juan Otero. Pero había más en aquel equipo. Cuenca, Corcuera... Pahiño, Pedro Marroig o Arsenio Iglesias formaban la delantera. Ángel Zubieta, tras hacer las Américas, ejercía en la defensa en un equipo que contaba con, precisamente, dos sudamericanos en el centro del campo. Oswaldo y Dagoberto Moll. Este último acompañaría a Luis Suárez en su trayecto a Barcelona para también calzarse las botas en Las Corts, el ya desaparecido campo del FC Barcelona.

-Bueno, Luis. -continuaba aquella conversación con el periodita de La Voz de Galicia- Dile a Moll que se ponga al aparato. Y gracias....

Tras un largo silencio ante la misma pregunta Moll acabó contestando al redactor

-Mira, Orestes; se nos ha ordenado no decir ni palabra sobre este asunto. Compréndelo. Cuando lleguemos ahí podremos hablar.

Y Orestes se quedó sin declaración, lo que no impidió que el La Voz diese el martes 23 de 1954, por aquel entonces no había periódico, la noticia de la marcha de los dos jugadores por el equipo culé.

En Barcelona Luis Suárez conocería la gloria. Dos ligas, dos copas, dos copas de ferias y un Balón de Oro para cerrar su última página como blaugrana. El único de la historia para un español, para un gallego. 

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Cambió las franjas rojas por las negras, De Barcelona a Milán emigró el centrocampista de la Avenida de Hércules. Allí llegó el resto. Tres ligas italianas, dos Copas de Europa y dos Intercontinentales además de levantar con la selección la Eurocopa del gol de Marcelino. Eso en lo colectivo. En lo indivicual sumó otros tres balones jugando para los neoazzurri, dos de plata y uno de bronce.

Pero fue aquel día, hace 64 años, cuando la ciudad perdió mucho. O ganó mucho, según se mire. El gran 10 del Inter, antes de Matthäus, Baggio o Ronaldo, era coruñés.

 


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