La Voz de Galicia

Arte gallego en Marruecos

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Lola Ramírez casablanca

El artista Xosé Freixanes, con la colaboración de estudiantes de Bellas Artes, crea un inmenso tapiz multicolor con telas de toda España dentro del único templo cristiano de Casablanca

09 May 2006. Actualizado a las 07:00 h.

Un inmenso puzle -que suma un total de unos seiscientos metros cuadrados- formado por telas de colores reposa sobre el suelo de la catedral de Sacre Coeur (Casablanca). Un grupo de estudiantes de Bellas Artes, españoles y marroquíes, dirigidos por un gallego, el pintor Xosé Freixanes, arman la gigantesca jaima que se colgará en el interior de la catedral y que, con el titulo de Al final del amanecer , se inaugurará el próximo sábado. Para conocer el inicio de este proyecto, es preciso retroceder en el tiempo. Casablanca, 9 de mayo. Dieciocho estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Granada llegaron en la madrugada del día 8 a Casablanca, tras un largo, entusiasmado y alegre viaje en autocar desde la capital granadina. Xosé Freixanes les había precedido días antes para organizar, junto al Instituto Cervantes, los últimos detalles de una exposición que aquí, en Casablanca, está siendo cubierta por todos los medios locales y nacionales. Sacre Coeur Y no es de extrañar. Hoy el inmaculado interior de la catedral de Sacre Coeur, único templo cristiano que queda en la ciudad marroquí, es un estallido de color y de jóvenes. Un mural rectangular, 600 metros cuadrados de telas de colores, «un cuadro hecho con la piel de los inmigrantes», según describe Xosé Freixanes esta última obra suya, ocupa todo el suelo central de la catedral; los estudiantes españoles y dieciocho marroquíes de la Escuela Superior de Bellas Artes de Granada siguen las instrucciones del pintor gallego y se ocupan de ultimar los trabajos necesarios para poder colgar la inmensa y colorista jaima en el interior de la catedral. ?Telas que hablan Unos se ocupan de coser arandelas en zigzag para colgar la tela, otros pintan paredes y, otros descansan y se fuman un pitillo detrás de alguna columna. Freixanes, que en esta obra además de artista es productor, maestro y compañero, vigila que todo salga como tiene que salir y que la obra que comenzó a gestarse hace un año pueda mostrarse al público a partir del próximo día 13. Fue el propio pintor quien se ocupó hace unos meses de buscar, junto a sus alumnos, personas de todas las latitudes que trabajasen en España y que estuviesen dispuestas a donar alguna de sus prendas de vestir para confeccionar este mural multicolor. Las bolsas de ropa fueron llegando a la Facultad de Bellas Artes de Granada y día a día y trozo a trozo, los estudiantes fueron cosiéndolas en las aulas de la propia Facultad o, cuando el tiempo lo permitía, en alguno de los luminosos patios de la escuela universitaria andaluza. Este gran cuadro de telas multicolores que, según su autor, «al tocarlas se siente quiénes fueron sus dueños», es un intento más del autor gallego por transmitir que el mundo no tiene, o al menos no debe tener, fronteras. Y es relativamente fácil palpar este deseo viéndole moverse en medio de sus alumnos españoles y marroquíes, con los que no solamente comparte ilusión y trabajo, sino también los ratos de ocio. Por eso, al final de la jornada, diez de la noche hora marroquí, es el propio profesor quien lleva a sus alumnos y amigos a un simpático local marroquí, donde además de poder beber cerveza y tomar algo comestible, hay un animador que toca música árabe con gran regocijo de los alumnos que, en la pista de baile, interpretan la danza del vientre en versión andalusí. Y la periodista, que está de observadora y no ha bebido la suficiente birra como para soltarse a bailar, no puede dejar de pensar que al sur de España y a Marruecos les unen muchos años de cultura. El trabajo sigue Entre baile y baile, llega la medianoche, el profesor-artista mira el reloj y levanta anclas. Mañana hay que seguir. Al final del amanecer se inaugura el próximo sábado y estará abierta al público hasta el 13 de junio.


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