La Voz de Galicia

Isabelle Díaz, productora ecológica: «Aquí comemos carne día sí, día no»

Ganadería

jorge casanova Presidenta Sociedade Galega de Pastos y productora ecológica

Presidenta de la Sociedade Galega de Pastos apuesta por la ganadería extensiva como una forma de fijar población

20 Dec 2022. Actualizado a las 05:00 h.

Isabel Gómez (Bruselas, 1974) pensó que sería una buena idea volver a la casa de sus mayores, tener una explotación ganadera, desarrollarla en ecológico, comercializar sus productos y hacerlo todo desde un punto en el mapa que se llama Traloagro (Friol). Lo soñó y lo llevó adelante. Quizás esa determinación es la que la ha llevado a presidir ahora la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes.

—Pastos... Cada vez hay menos.

—Depende de la zona, pero generalizando, sí. Cada vez menos pastos y más abandono de las zonas de cultivo. Una de las consecuencias es el aumento de biomasa en los montes e, inevitablemente, los incendios.

—¿Qué se puede hacer?

—Intentar fijar población, dando servicios para que la gente pueda asentarse en los pueblos y fomentar la ganadería extensiva. Hay zonas de Rede Natura donde están muy limitados para aprovechar los montes. A veces hay normas contradictorias que, en vez de favorecer el pastoreo, ponen trabas. Yo creo que hay que concienciar a la gente porque hemos ido por un camino hacia la ganadería intensiva y deberíamos ir hacia el aprovechamiento de los montes.

—Tal como está la propiedad de atomizada, es difícil.

—Insisto en que depende de las zonas. Es verdad que alrededor de los pueblos hay muchas fincas que se podrían aprovechar pero, o no quieren, o no se encuentra al propietario. Hay una falta de concienciación por parte de la población que no se dedica a la ganadería de poder ceder esos terrenos. Pero yo diría que falta mucha ganadería extensiva.

Pilar Canicoba

—Antes se decía lo contrario.

—Sí, para tener menos costes. La extensiva requiere otras infraestructuras: cierres, pastoreo... Pero al final, la extensiva requiere algunas horas más, pero en costes es mil veces menor y hacemos un trabajo importante para el medio ambiente. Quizás falta el reconocimiento de la labor que hace el ganadero extensivo. Y aún se culpa de que es mala para el campo.

—Bueno, mucha carne es antiecológica. Y luego está la emisión de metano...

—Eso es lo que nos están vendiendo. Pero, ¿qué contamina más, las vacas o una determinada industria? Donde una vaca deja una bosta se generan unos microorganismos, que atraen a unos insectos que favorecen la biodiversidad. Y esos factores no se tienen en cuenta. Tenemos que tender a un menor consumo de carne, pero la forma es a través de una ganadería extensiva con menos animales. Nosotros tenemos una vaca por hectárea. Si compara con las macrogranjas, la carga ganadera es muchísimo mayor.

—Su ganadería va bien...

—Sí, aunque nosotros cuando empezamos estábamos concienciados que debía ser una explotación ecológica. Y decidimos hacer la comercialización porque, tristemente, casi el 70 % de las explotaciones deben sacar su producción por una vía convencional. Todo esto está cambiando, afortunadamente. Nosotros tenemos una ecotienda en Friol con más de 1.200 referencias y una carnicería en Lugo. Y vendemos online a particulares, claro.

—En Navidad venderán más.

—El consumo ecológico no es tan estacional como el convencional. Quizá un poquito más ahora, pero suele ser un consumo estable a lo largo del año.

—Lo que parece claro es que el desarrollo del medio rural está muy vinculado a lo ecológico.

—Nos lo dicen a gritos desde Europa. Sobre todo ahora con los objetivos de la Agenda 2030. El 25 % de la superficie debe estar en ecológico. Aquí hay muchas explotaciones que están muy cerca de dar el paso, aunque nos encontramos con una falta de fondos que para la Xunta es poco: 2,5 millones de euros. Pero, sin ellos, no vamos a llegar a ese objetivo.

—El sueño de vivir en el medio rural. ¿Ya tenemos los servicios?

—Hay diferencias muy grandes de unas zonas a otras. Las más abandonadas son las que tienen menos servicios. En la zona donde vivo yo, los tenemos y se puede conseguir asentamiento de población. De hecho, se está consiguiendo. Si miramos a O Courel, a la montaña de Ourense, es otra cosa. No hay banda ancha, ni apenas cobertura; ni servicios, ni accesos. Está todo muy abandonado. La Administración tendría que pensar que, si pone los servicios, fijaría población.

—¿Sus vacas tienen nombre?

—Sí, claro. Hemos ido variando un poco los nombres, de los típicos a otros más vinculados con la actualidad.

—¿Celta o Dépor?

—No soy nada futbolera, aunque patrocinamos al equipo femenino de fútbol de Friol.

—¿En qué aprovecha el tiempo libre?

—Me gusta viajar. Aunque ahora llevo tres años con poca actividad. También estar en la naturaleza.

—Busque unas pocas palabras para definirse.

—Generosa, aplicada y curiosa.

—¿Ya tiene el menú de Nochebuena?

—Sí. Somos bastante tradicionales.

—Tendrá carne de vacuno.

—Pues no, ja, ja. Lo hemos dejado para el de Nochevieja. Es que aquí comemos carne día sí, día no.

—Su mejor momento del día.

—Por la mañana, recién levantada, me tomo mi tiempo.

—De pequeña, ¿que quería ser de mayor?

—En bachillerato quería ser arquitecta, aunque finalmente estudié administración y dirección de empresas.

—¿De qué se arrepiente?

—De nada. Lo que sale mal siempre es un aprendizaje.

—Una canción.

—Alguna de Céline Dion, que no sea la de Titanic.

—¿Lo más importante en la vida?

—Disfrutar del presente haciendo lo que te gusta.

 


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