Un enólogo lleva el godello y el albariño a Valencia

Hay un ritual gallego que se repite todos los años en Requena (Valencia). Ciento cincuenta invitados cenan en la bodega Pago de Tharsys, participan en una cata y, a medianoche, se arman de foco y tijerillas y salen a vendimiar. Pero no cualquier cepa: godello y albariño. De la cosecha del año pasado acaba de salir al mercado el vino Pago de Tharsys Vendimia Nocturna, algo más de cinco mil botellas que combinan al 50% estas dos variedades autóctonas.

Vicente García es el propietario de la bodega, pero además fue profesor de enología y viticultura del Ministerio de Trabajo y estuvo destinado en Galicia en 1965 y 1966. Impartió sus clases en Verín, Ribadavia y Castro Caldelas, y a ellas no solo asistían bodegueros, sino también farmacéuticos, guardias civiles y todo el que quisiera aprender sobre vinos.

«Conocí entonces aquellas uvas, con las que no siempre se elaboraba bien por aquel entonces, y sin embargo los vinos ya eran extraordinarios», explica Vicente García. La vida llevó al enólogo hacia otras tierras de grandes uvas: Cataluña, Francia... Sin embargo, el recuerdo imborrable de las dos grandes cepas gallegas lo animó a plantar una hectárea de cada una en su finca de Requena.

Allí realiza vendimia nocturna para reducir la actividad enzimática de las uvas, evitando su oxidación, lo que mantiene su potencial organoléptico y permite vinos más longevos. «Esto es el interior, no la costa, y puede hacer tanto frío como en Ourense, por lo que las condiciones no son tan diferentes», precisa el enólogo valenciano.