La Voz de Galicia

La respuesta

Santiago

Ignacio Carballo

20 Nov 2016. Actualizado a las 05:00 h.

Asignaturas pendientes de considerable magnitud van a poner a prueba la capacidad de Compostela de hacerse oír ante los ejecutivos estatal y autonómico. Dos viejos, demasiado viejos asuntos han retornado con fuerza esta semana a la agenda de la ciudad: la negativa de la Xunta y el TSXG a crear ya el cuarto juzgado de lo Social, pese a la escandalosa conculcación del derecho elemental a la Justicia que supone el colapso de hasta tres años en asuntos de gran trascendencia para el desempeño de la vida de las personas; y, desempolvado por la advertencia de multa de la UE, el sonrojante atentado medioambiental que provoca la insuficiente capacidad de la depuradora de Silvouta y el atasco en los despachos ministeriales del proyecto de construcción de la nueva de O Souto. Ambos asuntos requieren altura de miras para la contundente respuesta de una ciudad unida en sus objetivos irrenunciables, cuestión esta que dio buenos resultados en otras épocas en las que había alcaldes influyentes o empeñados en «aporrear» las puertas ministeriales las veces que falta hiciera para hacer valer lo que es justo. Lo mismo ocurre con otras necesidades urgentes de infraestructuras que corren el riesgo de dormir un gravoso sueño eterno, como el enlace orbital de la red viaria de la zona norte. De poco vale que Compostela esté en boca de todos como la niña bonita, como el gran patrimonio monumental, como el destino de toda Europa... que la llenen de grandes palabras y la suban a los altares, si sus servicios son tercermundistas y la pestilencia de sus cloacas mancha su monumentalidad. La ciudad, unida, debe hacer valer sus irrebatibles razones.


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