La reinvención de Nokia y Huawei

El Mobile World Congress de Barcelona concluye hoy. ¿A qué compañías pertenecían los dos stands más grandes de la feria? Seguro que no se lo imaginan. Nokia y Huawei. ¿Nokia? Ni estaba muerta, ni estaba de parranda. Se deshizo de su división de móviles en el 2013; absorbió a competidoras como la francesa Alcatel-Lucent y se convirtió en el tercer mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo, con unos ingresos anuales de 23.000 millones de euros. Con más de 100.000 empleados, es la tercera mayor empresa de Finlandia tras el banco Nordea y la proveedora estatal de electricidad Fortum. Por cierto, Stephen Elop, el presidente canadiense que traicionó a Nokia —fue el caballo de Troya que vendió los móviles a Microsoft, que al año siguiente lo nombró vicepresidente—, no ha corrido la misma suerte: en el 2015 lo despidieron del gigante de Redmond, en el 2018 de Telstra (la mayor operadora de Australia) y en el 2021 lo relevaron como CEO de APiJET, una firma de ingeniería aeronáutica.

Vayamos con Huawei. En el Mobile ocupaba prácticamente el pabellón 1 entero, pero sus dispositivos móviles eran solo una pequeña parte. Continúa lanzando smartphones y, a pesar de que no pueden llevar los servicios móviles de Google, se encuentran entre los teléfonos más avanzados del mercado. Su división de consumo se ha centrado en portátiles, ordenadores de escritorio como el nuevo MateStation X y wearables, que no sufren las restricciones del veto norteamericano. Entonces, ¿para qué tanto espacio en Barcelona? Pues para mostrar los últimos proyectos y soluciones de la compañía, que abarcan las redes móviles gigabit, líneas rápidas en la nube, redes de destino totalmente ópticas... Las aplicaciones son infinitas: pizarras digitales para la educación, herramientas para el sector manufacturero, software y hardware para monitorizar el transporte o gestionar centros de datos. Y todo con un enfoque ecológico —el stand imitaba un bosque digital— con el objetivo de reducir el consumo de energía: «Más bits, menos vatios».

Nokia y Huawei, reinventarse para seguir adelante.