Borja Iglesias sufrió un espasmo en un costado, un considerable daño colateral para el Celta

La eliminación de la Copa del Rey a manos de un Segunda División, el Albacete, no fue lo único negativo de la noche en el Carlos Belmonte, sino que el Celta regresa a Vigo con Borja Iglesias tocado. El compostelano sufrió un espasmo muscular en un costado y está por ver si estará disponible en la última cita del año, en Oviedo; una baja de consideración teniendo en cuenta que es el jugador más diferencial en esta primera parte del campeonato.

Borja Iglesias entró tras el descanso y cambió por completo el partido. Marcó dos goles, uno de ellos, anulado, provocó un giro radical en el juego del Celta y en el partido. Pero pocos minutos después de anota el 1-2, comenzó a sentir molestias en un costado. Se fue a la zona de banquillos y fue tratado por los fisios. Volvió al campo, pero apenas podía correr en un balón largo por el que intentó saltar, volvió a resentirse y acabó tendido en el suelo. De nuevo, entraron las asistencias y pudo acabar los 90 minutos a duras penas, trotando sobre el campo e intentando estorbar al rival.

En el receso entre el fin del tiempo reglamentario y la prórroga, Claudio Giráldez lo relevó aprovechando que tenía la opción de una sexta sustitución, y fue el turno de un Ferran Jutglà que venía de haber disputado la primera mitad frente al Athletic Club el domingo en Balaídos. Era imposible que el compostelano pudiese seguir sobre el terreno de juego.

Ahora, con poco más de dos días para el próximo partido -en en Carlos Tartiere frente al Oviedo para dar por finalizado el 2025 competitivo- toca esperar acontecimientos. Si Borja Iglesias -que ya se venía resintiendo de otras molestias, en la rodilla por un golpe en el anterior duelo de Copa- no está en condiciones, y con Pablo Durán lesionado, Ferran Jutglà se presenta como la única alternativa.