La Voz de Galicia

Investigan la muerte de 4.200 peces en el Ulla en Monterroso

Galicia

tania taboada lugo / la voz

El suceso se produjo aguas abajo de la depuradora de residuales

18 Jan 2017. Actualizado a las 05:00 h.

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Lugo ha abierto una investigación con el fin de determinar las causas de una gran mortandad de peces registrada en el río Ulla en días pasados a su paso por el municipio lucense de Monterroso.

Los hechos se remontan al pasado día 9 de enero, cuando un particular llamó al 112 alertando de una elevada cantidad de peces flotando en ambas márgenes del río Ulla a su paso por la localidad, mientras que otros muchos boqueaban aún moribundos en la superficie del agua, que presentaba un color grisáceo.

Agentes de la Consellería de Medio Ambiente y de Aguas de Galicia se personaron en el lugar y tomaron diferentes muestras del agua, que llevaron a analizar. Al lugar también acudieron los agentes del Seprona, que pudieron comprobar la elevada mortandad en un tramo de río de más de 50 metros, que comenzaba debajo de la depuradora de residuales y llegaba hasta el lugar de Pontepedriña.

Un vertido tóxico

Se registraron más de 4.200 peces muertos. Por especies fueron, precisamente, más de 700 truchas y unas 3.500 bogas de río.

La tasación de los daños, según los agentes, puede rondar los 13.000 euros.

Dado que la muerte de estos peces se produjo aguas abajo de la depuradora municipal de residuales, las primeras investigaciones apuntan a que fue un vertido tóxico del colector de la estación depuradora de Monterroso el que provocó la toxicidad del agua y la mortandad.

Por su parte, el Seprona también investiga a la empresa Aqualia, como responsable del funcionamiento de la depuradora, por un supuesto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente.

Ayer ya no quedaban peces muertos en el río, ya que unos fueron retirados y otros se pudrieron, pero el agua seguía discurriendo con un color gris intenso en ese punto, circunstancia que parece indicar que la fuente de contaminación todavía no se había resuelto.


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