Podemos convulsiona el eje urbano
Galicia
Junto a AGE y BNG rompen el bipartidismo en 10 ciudades y enclaves metropolitanos
01 Jun 2014. Actualizado a las 10:29 h.
«No queremos disputarnos un 15 % de la parte izquierda del tablero, lo que queremos es reordenar las piezas de todo el tablero y ser referente para el 90 % de la ciudadanía», ha advertido Íñigo Errejón, director de campaña de Podemos para dejar claro que si antes de los comicios europeos no se ponían techo, menos lo harán ahora que de la nada han pasado a contar con 1,2 millones de votos.
El respaldo urbano logrado por la papeleta encabezada por Pablo Iglesias ha sido decisivo no solo para convertir a Podemos en cuarta fuerza estatal, sino también para hacer que las dos principales opciones políticas (PP y PSOE) se queden juntas por debajo del 50 % de los votos en el conjunto de España.
Galicia se ha situado a cierta distancia de ese escenario, pues populares y socialistas conservaron aún el 56,89 % de las papeletas, pero en las ciudades, y especialmente en los entornos de ellas, el pluralismo y la irrupción de Podemos ha convulsionado el mapa político tras las europeas.
El bipartidismo no alcanzó la mitad de los votos en municipios de perfil poblacional joven como Ames, donde PP y PSOE solo sumaron el 40,7 % de las papeletas; en Fene, el 43,9; Cambre, 44,1; Cangas, 45,6; Culleredo, 45,8 o Narón, con el 46,7. Pero tampoco lo hizo entre las ciudades más pobladas como Santiago, donde la suma de los dos grandes solo llegó al 47%. O en Vigo, con un 47,8, al igual que en Pontevedra y A Coruña, donde populares y socialistas juntos suman un 48,7 %.
En las cinco localidades de los cinturones urbanos donde el bipartidismo ya no es mayoritario, junto a Teo y Vigo, la suma de Podemos y AGE los convertiría en primera fuerza, lugar que alcanzarían ambas formaciones junto al BNG en A Coruña, Santiago, Pontevedra, Ferrol, Narón y Vilagarcía.
Claro componente urbano
El componente urbano de la propuesta de Iglesias es reconocido por los representantes de la formación del círculo en Galicia, como dice el vigués Pedro Rivera, que considera que además de levantar las estructuras de la organización en las ciudades en las que están presentes tienen que empezar a dar el paso para llegar a las zonas rurales.
Mientras que Podemos se enfrenta al difícil objetivo de entrar en el feudo tradicional del PP, los populares deben afrontar el desafío de su pérdida de apoyos en los ámbitos urbanos a un año de las elecciones municipales. El riesgo de perder el poder municipal que el PP obtuvo hace cuatro años está ahí, pues en la arena electoral de las ciudades logran once puntos menos que en el resto de Galicia. De ahí que la dirección del Partido Popular se haya planteado analizar los resultados y buscar los remedios con rapidez.
Pactos con otras fuerzas
El PSOE, por su parte, recortó distancias con los populares en ciudades como A Coruña y Vigo, pero es obvio que, si se piensa en clave de municipales, los socialistas se verán obligados a pactar con otras fuerzas de izquierda si finalmente se mantiene el nuevo escenario electoral surgido de las europeas.
La papeleta más compleja para el PSdeG en las ciudades está sin duda en Ourense y en Lugo, donde los conservadores aumentaron su ventaja hasta abrir una brecha que está en el entorno de los nueve puntos. El efecto de la operación Pokémon en estos dos municipios ha sido evidente, por lo que los socialistas deberán tomarse muy en serio la elección de los cabezas de lista en estas ciudades.
Los dos grandes partidos se enfrentan a una nueva realidad, como alertaba recientemente el analista electoral Jaime Miquel, que surge «porque se ha producido el voto de electores desmovilizados en torno a nuevas ofertas de reemplazo», que en el caso gallego también encarna AGE. Mientras, el PP y el PSOE mantienen aún su hegemonía gracias al respaldo de la población de mayor edad.