Más de 30.000 vigueses salen a la calle contra la «privatización sanitaria»

Más de 30.000 personas se manifestaron ayer en Vigo contra el nuevo modelo que consideran que está implantando en Galicia la Consellería de Sanidade. El Servizo Galego de Saúde (Sergas) entregará la financiación y la construcción del nuevo hospital de Vigo a una empresa privada, que también explotará los servicios no asistenciales. A cambio, recibirá de la Xunta un canon anual que rondará los 50 millones de euros durante veinte años. El nuevo hospital de Pontevedra seguirá el modelo vigués.

Para Sanidade, eso no impide que el nuevo hospital vigués sea «cen por cen público», como garantizó esta semana en el Parlamento gallego la conselleira Pilar Farjas. La consellería lo ve similar al que aplica el PSOE en Baleares. Será un complejo de 1.465 camas ubicado en la parroquia de Beade.

La Plataforma para la Defensa de la Sanidad Pública convocó la concentración de ayer. Según los organizadores, había 50.000 personas, y según la Policía Local, 46.000. Entre ellos, muchos dirigentes del PSOE, como el alcalde de Vigo, y del BNG, como Guillerme Vázquez o el teniente de alcalde olívico.

Además de la protesta, los hospitales públicos de Vigo y los centros de salud se vieron sacudidos por una huelga de profesionales. El Sergas cifró el seguimiento del paro en el 20% de los trabajadores, mientras los sindicatos lo elevaron por encima del 80% en los hospitales y del 60% en centros de salud. La disparidad en las cifras volvió a obedecer a que el Sergas hace sus cuentas incluyendo al personal que está de servicios mínimos, mientras los sindicatos lo excluyen. En cualquier caso, desde Sanidade pusieron el acento en el «menor seguimiento que en otras movilizaciones», mientras que los sindicatos hablaron de «éxito».

Lo urgente se operó

La movilización obligó a suspender 27 operaciones del centenar que estaban programadas en los hospitales Xeral-Cíes y Meixoeiro, que conforman el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). La mayoría de ellas eran intervenciones ambulatorias, es decir, aquellas que no requieren ingreso. En la movilización que tuvo lugar el 24 de febrero se habían cancelado 40. El dato de ayer es inferior y el Sergas lo puso de manifiesto para insistir en que «la repercusión de la huelga fue menor» que aquella. También se cancelaron consultas y pruebas diagnósticas. Toda la actividad urgente sí pudo realizarse.

Los convocantes lamentaron las repercusiones de la movilización en la ciudadanía y las achacaron a la «mala programación» del Chuvi. Pidieron la dimisión de Farjas y Feijoo y los acusaron de ir contra Vigo.