La economista que invirtió en idiomas
Galicia
Eligió la Universidade de Santiago para hacer un curso de posgrado de Economía Internacional, pero las cinco lenguas que habla han resultado ser sus mejores aliadas para encontrar trabajo en Galicia.
11 Mar 2005. Actualizado a las 06:00 h.
Dos de sus hermanos trabajan como ingenieros en Nueva York y Florida, pero ella eligió Santiago de Compostela. Llegó a Galicia atraída por un máster que le permitiese profundizar en los estudios internacionales de economía que inició en Túnez, desde donde partió hace ya más de un año. La historia de Hedia Aroua, de 26 años, es la de la era de Internet. Nunca había oído hablar de Galicia, pero los tentáculos de la Red hicieron aparecer en su pantalla de ordenador lo que andaba buscando para completar su formación. Hizo un par de llamadas, escribió algunos correos electrónicos solicitando más datos sobre el curso de posgrado y se plantó en Santiago de Compostela. Pero la velocidad de la banda ancha de Internet no es la que se aplica en la Administración. Hedia tuvo que esperar para poder obtener los permisos para viajar a España desde Túnez. «Eso fue sólo para conseguir un visado de estudiante -dice Hedia-, para poder empezar a trabajar mientras estudiaba tuve que esperar cuatro meses. En Francia es mucho más rápido», se lamenta la tunecina. La experiencia europea de Hedia se extiende también hasta Milán, donde ha vivido una temporada. De allí se ha traído un nuevo idioma que sumar a su currículo. De momento habla árabe, francés, inglés, italiano y un perfecto español. Dentro de poco sumará un sexto. «Tamén falo galego», proclama Hedia. Han sido sus amigos de Santiago los que se han empeñado. No les ha costado mucho lograr que chapurree las primeras palabras. De hecho, para Hedia, los idiomas han resultado una inversión más rentable que su formación económica internacional. Ahora se dedica a la docencia. Los miércoles da clases particulares de árabe en Santiago, los jueves se encarga de que los niños de Vilaboa, en Pontevedra, donde hay una importante colonia musulmana, no olviden su lengua materna, y de que sus compañeros gallegos de la escuela puedan saber algo más sobre los nuevos alumnos. Los sábados enseña en Vigo. Para recorrer el eje atlántico en el que ha desplegado su actividad laboral, el tren se ha convertido en una especie de segunda casa. El tiempo que pierde en los trayectos también tiene su lado positivo. «El verde del paisaje de Galicia me da mucha tranquilidad», relata entre risas. Pero el paisaje no es suficiente para Hedia Aroua. Se confiesa dinámica e independiente y se nota además que es ambiciosa. «No me planteo quedarme muchos años, pero sí quiero estar aquí unos cuantos más». El tiempo suficiente para conocer la economía local y planear cómo ponerla en relación con la tunecina. De momento ha visto ya grandes posibilidades en el sector textil, la construcción y el granito. Su plan: crear una firma de exportación entre Galicia y el Magreb.