Los gorgojos atacan de nuevo

?jo con el gorgojo: se ha hecho urbanita. Y le gusta A Coruña. La advertencia la lanza Francisco Lueiro, presidente del colectivo ecologista Arco Iris. Este insecto originario de Australia se detectó por primera vez en los montes gallegos en 1991. Se asentó en zonas tomadas por un robusto paisano , el eucalipto. Destruía sus hojas y impedía su crecimiento. La Xunta tomó medidas en el asunto en 1999. Importó otra especie, también australiana, para combatirlo: la avispa anaphes nitens . Tres años después, la lucha se había extendido a todas las zonas de la comunidad donde hay grandes plantaciones de eucaliptos. La pelea continúa, pero el campo de batalla ya no se limita a los bosques. El Ayuntamiento coruñés fumiga periódicamente la ciudad para combatir a este escarabajo, el gonipterus scutellatus . Estas medidas preventivas se aplican desde que los gorgojos visitaron en masa la ciudad por primera vez, apunta la concejala de Parques y Jardines, María José Cebreiro. Ocurrió en septiembre del 2001. Tomaron las zonas céntricas. «Había cien bichos en la ventana. Si no la cierro, me echan de casa», dramatizó un vecino de Zalaeta. De entrada, se culpó de la plaga a un barco que había descargado cereal en el muelle. Después, los técnicos municipales señalaron que los insectos procedían «de los montes gallegos» y pronosticaron que la lluvia y la polución acabarían con ellos en unos días. Así fue. Este año han reaparecido. Arco Iris alertó el pasado mes sobre una nueva plaga, que se extendió especialmente por Cuatro Caminos, aunque también se vieron gorgojos, pero en menor cantidad, en otros barrios de la ciudad. Pasillo aéreo Días después, siguen volando en colonias, grandes o pequeñas, por los cielos de la urbe. Lueiro asegura que incluso han creado una especie de pasillo aéreo. «Vienen de la zona de Carballo, pasan por Vioño y Cuatro Caminos y llegan a la lonja». No todos cubren esta ruta , pues ayer mismo vecinos de Monte Alto denunciaron en el 010 la presencia de decenas de insectos en esa zona. El Ayuntamiento asegura que no se puede hablar de plaga. «Cuando el viento viene del mar, no hay problema. Pero cuando viene de tierra, llegan algunos», explica María José Cebreiro. «Los jardineros ya tienen la pestaña bien abierta», asegura la concejala, que cree que el gorgojo no se asentará en la ciudad «porque tenemos muy pocos eucaliptos, están localizados en Las Esclavas y en el parque de Santa Margarita, zonas que tenemos bajo control de los técnicos». Cambio de hábitos El presidente de Arco Iris se muestra más intranquilo. Teme que estos escarabajos hayan cambiado sus hábitos alimenticios. «Parece que ya no les importan tanto los eucaliptos. En esta ciudad no hay muchos y, sin embargo, vienen». También le preocupa que se hayan adaptado al hábitat urbano. En el 2001, duraron unos días. En el 2004, llevan dos meses. «Los gorgojos tienen dos ciclos. Una fase de pupa, en la que son gusanos, que empieza en marzo. Después del verano y hasta octubre están en la fase adulta, en la que ponen los huevos. Viven poco, esos meses, pero lo que hay que saber es si esos dos ciclos se solapan, si nacen gusanos al tiempo que mueren los adultos. Hay que investigar si vienen a A Coruña a reproducirse». En ese caso, la ciudad tendría un problema: «Igual que se adoptaron medidas en otros casos, como con las gaviotas o con los estorninos, habría que tomarlas en este caso», propone. Para Lueiro, la avispa introducida por la Xunta no ha resultado efectiva, y tampoco las fumigaciones realizadas por el Concello coruñés. «Están aquí. Se meten por debajo de las tejas de los edificios, por los conductos del butano... Les gusta el sol, y por eso buscan las ventanas, a las que se aferran como lapas», describe Lueiro. Queda un consuelo: son inofensivos.