La Voz de Galicia

«Queremos ofrecerle al médico la mejor alternativa ante un ictus»

Carballo

Manuel Rey ingeniero biomecánico en el hospital saint thomas de londres

El investigador de Buño trabaja en Inglaterra tras doce años en EE.UU.

02 Feb 2014. Actualizado a las 07:00 h.

Una luz que ilumine la mente del cirujano que se enfrenta a un accidente cardiovascular. Nada más y nada menos. Y quien trabaja para encontrarla es un joven con raíces en Buño, Alberto Figueroa (1975). Dirige un laboratorio en el hospital Saint Thomas, uno de los más importantes de Londres.

La Unión Europea ha financiado su proyecto con 1,5 millones de euros, en un trabajo que comenzó en el año 2011 y durará hasta el 2016. «Utilizamos la física para hacer una simulación de lo que pasaría, de cómo reaccionaría el cuerpo según el camino que tome el doctor a la hora de actuar ante un infarto o un ictus», describe Alberto. «A pesar de que tecnologías como el TAC ya son muy avanzadas, el médico sigue yendo a ciegas para tratar estos problemas. Nuestra investigación pretende ofrecerle la mejor alternativa antes de intervenir, para aumentar las probabilidades de éxito», explica.

Porque a pesar de especializarse en la rama sanitaria, la formación de Figueroa comenzó en un ámbito distinto. Creció en la casa familiar, situada justo entre Leiloio y Buño, donde estudió hasta el octavo curso de la antigua EGB. Continuó sus estudios en los Jesuitas de A Coruña. Pertenece a la segunda promoción de la Escuela de Ingeniería de Caminos de A Coruña. «Una escuela que, partiendo de cero, ha tenido un éxito enorme gracias a la pasión y al talento de sus impulsores», destaca. Al acabar la ingeniería, obtuvo una beca de la Fundación Barrié -«de otra forma hubiera sido imposible, porque cada año de matrícula son 45.000 dólares», aclara- para estudiar un máster en Ingeniería Hidráulica en la Universidad de Stanford, una de las más prestigiosas del mundo. Durante sus años en California, Alberto empezó a entrar en contacto con la rama de la biomecánica y el movimiento de los fluidos corporales. Allí, en Silicon Valley, de donde surgieron grandes corporaciones como Google, Facebook o Apple, Figueroa estuvo casi doce años: «Cuando se trabaja en Silicon Valley, se entiende por qué se han hecho cosas tan grandes. Hay un ambiente espléndido. La gente no le tiene miedo al fracaso. El 90 por ciento de las empresas no salen adelante, pero se levantan de nuevo y vuelven a intentarlo, por muchas veces que se caigan». Gente de todo el mundo busca una oportunidad allí.

Vuelta a Europa

Aunque a gusto en Estados Unidos, la morriña se acabó imponiendo. «Tenía que coger tres aviones y tardaba 24 horas en llegar a casa». Estuvo enviando solicitudes de trabajo a Europa, y entonces surgió un puesto que encajaba con su perfil en Londres. Hizo las maletas junto a su mujer, americana, y cruzó de nuevo el charco. Eso sí, no para de viajar por el mundo. Entre octubre y diciembre, entre conferencias, reuniones y demás obligaciones de trabajo, viajó a Chile, Hong Kong y Múnich, y también volvió unos días a Stanford.

¿Volver a casa? «Me gustaría, pero hoy en día no lo contemplo. Pero engo la ilusión de sacar adelante un grado de Biomecánica en Galicia», afirma.

alberto figueroa ingeniero biomecánico en el hospital saint thomas de londres


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