Cefalea tensional o migraña: ¿por qué me duele la cabeza?

Uxía Rodríguez Diez
U. RODRÍGUEZ LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Hasta un 89% de la población masculina y un 99% de la femenina asegura padecer o haber padecido dolor de cabeza en algún momento de su vida
Hasta un 89% de la población masculina y un 99% de la femenina asegura padecer o haber padecido dolor de cabeza en algún momento de su vida LA VOZ DE LA SALUDISTOCK

Prácticamente la totalidad de la población, hasta un 89 % de los hombres y un 99 % de las mujeres, sufre o ha sufrido cefalea

12 jun 2023 . Actualizado a las 20:03 h.

«Me duele la cabeza», ¿hace cuánto pronunciaste esta frase por última vez? Probablemente la gran mayoría de las respuestas a esta pregunta recojan un período muy corto de tiempo. Incluso hoy mismo, ¿te duele la cabeza? Lo cierto es que la cefalea, el nombre más técnico, es uno de los motivos más frecuentes de consulta y una de las enfermedades que mayor discapacidad genera en el mundo.

No todos los dolores de cabeza son iguales, no todos se deben a lo mismo, no todos se tratan igual y no todos tienen las mismas consecuencias. Es más, hay más de 200 tipos de cefaleas, la gran cuestión es: ¿cuál es la mía? «De hecho, uno de los grandes problemas que nos encontramos, sobre todo en pacientes con formas crónicas, es que hay un error diagnóstico muy evidente de la migraña con la cefalea tensional. Cuando a un paciente con todos los síntomas de migraña se le diagnostica cefalea tensional, tenemos un problema», asegura Javier Díaz de Terán, neurólogo de la Unidad de Cefaleas del Hospital La Paz (Madrid).

El fondo de la cuestión es, ¿cuáles son las diferencias?, ¿cómo podemos no confundirlas? Lo primero que tenemos que saber es que las cefaleas se pueden clasificar en dos grandes grupos: primarias y sintomáticas o secundarias. Estas últimas son más sencillas de diferenciar, puesto que están relacionadas con otro tipo de enfermedad; es decir, el dolor de cabeza es el síntoma de otra patología, como puede ser una lesión en el cerebro, tumores o infarto cerebral. Por otro lado, las cefaleas primarias son en sí mismas una enfermedad y son las más frecuentes puesto que representan el 90 % del total de dolores de cabeza. Es en estas últimas en las que nos vamos a centrar, aunque la recomendación principal para cualquier persona que sufra molestias frecuentes e incapacitantes es que acuda a su médico.

¿Cuándo es necesario consultar a un médico por un dolor de cabeza?

Pablo Irimia, coordinador del grupo de estudio de cefaleas de la Sociedad Española de Neurología (SEN), explica que se debe acudir ante «cualquier dolor que incapacite a la persona y le impida hacer vida normal debería ser motivo de consulta médica. Cuando el dolor es muy frecuente, también tendríamos que consultar». 

Además, el experto recalca que existen «una serie de síntomas que a uno le tienen que hacer pensar que no se trata de una cefalea primaria, sino de una secundaria. Cualquier dolor de cabeza que se inicie de forma muy repentina, como puede ocurrir en pacientes que tengan hemorragia, con un inicio súbito. Y siempre que el dolor de cabeza se acompañe de otra sintomatología, como problemas de memoria, problemas para caminar, trastornos visuales muy frecuentes, aquí es cuando hay que hacer una consulta médica para asegurarse de que no se trate de una causa secundaria que requiera un tratamiento específico».

La migraña y la cefalea tipo tensión, las cefaleas primarias más frecuentes

Dentro de las cefaleas primarias, los dos tipos más comunes son la tensional y la migraña. La primera, según el doctor Irimia, es la más frecuente entre la población general: «Es un dolor que muchas personas han tenido en alguna ocasión y que normalmente depende de contracturas graves, exceso de estrés, falta de sueño». La molestia suele empezar en la parte posterior de la cabeza y se propaga hacia adelante. En la mayoría de los casos, en ambos lados. Las personas que la sufren describen una especie de presión, como una banda apretada, que a veces irradia del cuello o nace de este. 

Sin embargo, Irimia recalca que este tipo de dolor de cabeza no se suele acompañar ni de ganas de vomitar, ni de sensiblidad al ruido —al contrario de la migraña, donde sí se pueden dar—. «En general, las personas que tienen cefalea tensional no requieren una ayuda médica como ocurre con otras cefaleas primarias, porque es un dolor más fácil de controlar. La excepción está cuando este dolor de cabeza tensional se vuelve muy frecuente y, a veces, requiere consultas médicas y tratamiento», apunta. 

Los principales síntomas de la cefalea tensional y la migraña.
Los principales síntomas de la cefalea tensional y la migraña. La Voz de la Salud

Por su parte, la migraña, «se caracteriza por un dolor que dura entre 4 y 72 horas, de localización hemicreaneal —solo se focaliza en un lado de la cabeza— y el paciente lo describe como un latido de pulsación», aclara el doctor. Y añade que este se puede acompañar de «náuseas, vómitos, hipersensibilidad a la luz y al ruido, y se sufre un empeoramiento con la actividad física y el movimiento».

Díaz de Terán remarca, además, que la migraña es mucho más compleja que un simple dolor de cabeza: «Nuestros pacientes, antes del dolor tienen sensaciones prodómicas como los bostezos, la apetencia por cosas dulces o saladas, que responde a la activación del hipotálamo. Luego se van activando otras áreas, como la corteza visual, que está muy implicada en estos fenómenos que llamamos auras y que lo padecen hasta un tercio de los pacientes con migraña». Así, existen dos grupos de personas que padecen migraña: aquellos que las sufren con aura y los que no. Los primeros, ven como aparecen otros síntomas además del dolor de cabeza, como problemas de vista, sensitivos, hormigueos, o dificultad de comprensión y para articular palabras. 

«Ya en la fase de dolor —continúa explicando Díaz de Terán—, aparecen otras estructuras implicadas, como los núcleos del tronco del cerebro u otras más profundas, como el tálamo o la corteza límbica, que también juega un papel importante en la experiencia del dolor. Después de todo eso, cuando el paciente está ya con mucha cefalea, con náuseas, vómitos y sensibilidad a la luz y al ruido, el cerebro se 'agota' y entra en una fase postdrómica, conocida como resaca de la migraña».

Llegados a este punto también podríamos hablar de cefalea en racimos, que es un tipo poco frecuente. Según apuntan desde la SEN, tiene unas características muy definidas que la diferencian de otros tipos de dolor de cabeza. Además de su fuerte intensidad, es un dolor de cabeza unilateral que se suele localizar alrededor del ojo y/o la sien, que se inicia y cesa de forma abrupta. Por lo general, va acompañado de congestión nasal, enrojecimiento de ojos y lagrimeo. Durante las crisis, los pacientes muestran una gran inquietud motora y además se suelen presentar casi siempre a la misma hora, con un predominio nocturno en el 73 % de los casos. La cefalea en racimos suele debutar en adultos jóvenes, con una media de edad que ronda los 30 años. Aunque también se dan casos en la infancia, adolescencia y en personas mayores.

En datos:

Hasta un 89% de la población masculina y un 99% de la femenina asegura padecer o haber padecido dolor de cabeza en algún momento de su vida.

Un 4% de la población padece algún tipo de cefalea primaria crónica, es decir, dolor de cabeza más 15 días al mes.

La migraña es una cefalea primaria que afecta aproximadamente al 12% de la población mundial.

La migraña constituye la primera causa mundial de discapacidad en personas entre los 15 y 49 años.

Un 40% de los pacientes que sufren dolor de cabeza de forma habitual está aún sin diagnosticar.

El 50% de los pacientes con cefalea se automedica con analgésicos sin receta.

Fuente: Sociedad Española de Neurología.

Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.