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Peleas, un

La Meta-morfosis de Mark

El CEO de Meta

Peleas, un 'búnker' y una IA que amenaza al Chat GPT... Zuckerberg cumple 40 años en 'modo guerra'

Zuckerberg muestra en Instagram las consecuencias de su entrenamiento en combate.

El CEO de Meta se ha lanzado a practicar artes marciales y no solo para lucir pectorales. Está en 'modo guerra', decidido a salvar su empresa a cualquier coste. El año pasado desafió a Elon Musk a combatir con él en una jaula, pero al margen de ciertos dislates, Zuckerberg cumple hoy 40 años a pleno rendimiento: su metaverso cuenta con una tecnología que impresiona por primera vez a los expertos y su nuevo modelo de IA, Llama 3, amenaza el imperio de Open AI. ¿La crisis de los 40 o la reinvención de un genio?

Lunes, 13 de Mayo 2024

Tiempo de lectura: 7 min

Dirigir Meta es como despertarte cada día y recibir un puñetazo en el estómago», confesó Mark Zuckerberg en el pódcast de Joe Rogan hace justo un año. Las malas noticias acorralaban al magnate: la competencia de TikTok, el fiasco del metaverso, el desplome de las acciones… Zuck incluso había perdido las ganas de salir a correr. «Cuando corres, tienes mucho tiempo para pensar». Estresado, su mayor anhelo era que lo dejasen en paz.

Zuckerberg pasa la mayor parte del tiempo en su mansión de Hawái y rodeado de un pequeño equipo que se limita a halagarlo, según Haugen, la 'garganta profunda' de Facebook

Se acabó. Ahora, Zuck va pidiendo guerra. Practica artes marciales. «El lado bestia del jiu-jitsu me ayuda a lidiar con los problemas», dice. Está dispuesto a devolver golpe por golpe. Sin complejos. ¿Elon Musk lo reta a batirse en duelo en una jaula? Pues que se vaya preparando porque no le duraría ni un asalto. Solo hay que verlo sacudir estopa en los clubes de lucha locales, donde ha ganado un par de medallas para su equipo: Guerrilleros del Tatami. Y después de que Musk lo desafiase a una pelea, Zuckerberg compartió fotos de sus entrenamientos con el campeón de artes marciales mixtas Israel Adesanya (en la foto de apertura de este reportaje).

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El desafío. Después de que Musk lo desafiase a una pelea, Zuckerberg compartió fotos de sus entrenamientos con el campeón de artes marciales mixtas Israel Adesanya, en la foto.

Pero su transformación va más allá del gimnasio. Zuck no se disculpa. Ya se ha cansado de pedir perdón a los congresistas, a los padres de los menores que sufren acoso en sus redes, a los empleados a los que despide (21.000 desde noviembre). Puñetazos va a seguir recibiendo. El último se lo acaba de dar la revista The Atlantic, que relaciona el aumento de homicidios en Estados Unidos con el uso de Instagram: las discusiones se calientan en redes y, en un país armado hasta los dientes, acaban muchas veces a tiros. Pero ahora se entrena para encajar los golpes que vengan. Dar cera, pulir cera...

Hay quien lo ve como un asunto personal. La crisis de los 40, que le ha llegado a los 39… Pero Zuckerberg, a pesar de haber caído al puesto 16 en la lista Forbes (con una fortuna de 64.000 millones), sigue ostentando tanto poder que su transformación tiene consecuencias para la sociedad y la política. Casi la mitad de la humanidad usa sus aplicaciones: Facebook, WhatsApp e Instagram suman 3500 millones de usuarios. Y Estados Unidos enfila año electoral.

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El surfero enmascarado. Zuckerberg dispone de una playa privada de 800 metros en Kauai, conocida como 'la isla jardín' por su frondosa vegetación. El magnate practica surf en una tabla eléctrica que levita sobre la quilla sin necesidad de olas. No ahorra en protección solar.

No es la primera vez que Zuckerberg sufre una metamorfosis. Se va desprendiendo de personalidades como quien cambia de avatar. El empollón de Harvard que se enfundaba en una sudadera con capucha para cambiar el mundo desde el dormitorio de su residencia. El padre de familia y filántropo (todavía caía bien) que en 2015 se fue de gira para conocer su país, el directivo atildado que hace propósito de enmienda en el Capitolio por el espionaje que favoreció a Donald Trump para llegar a la Casa Blanca

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Virrey de Hawái. Zuckerberg reside gran parte del año en Hawái. Pero no es un vecino popular de Kauai, la isla donde se rodaron Parque Jurásico y Piratas del Caribe, que está comprando pedazo a pedazo desde 2014. Ya tiene 600 hectáreas. Los lugareños se quejan de que levante muros y de que utilice a intermediarios para demandar a vecinos con derechos de propiedad sobre sus terrenos. Lo acusan de neocolonialismo.

¿Por qué ahora Karate Kid? Según un exdirectivo consultado por Business Insider: «Está en modo 'salvar la empresa'. Son tiempos de guerra». En abril de 2021, Apple cambió la configuración de privacidad del iPhone, permitiendo que los usuarios pudieran renunciar, de un solo clic, al rastreo de su actividad con fines publicitarios. Fue un torpedo a la línea de flotación de Meta, cuyo negocio dependía de la publicidad basada en datos personales en un 98 por ciento. Zuckerberg sintió el aliento de los inversores en la nuca.

Y lo que siguió fue una huida hacia un universo paralelo: el metaverso, presentado solo tres meses después, un entorno virtual donde jugar, hacer negocios, relacionarse… La jugada no le salió, aunque podía haber funcionado porque la humanidad venía de los confinamientos pandémicos y el trabajo en remoto estaba de moda. Pero el metaverso ha resultado ser un pozo sin fondo que ya se ha tragado 40.000 millones de dólares y que disparó los gastos para poner en marcha «una tecnología que ni siquiera existía», en palabras de Sheryl Sandberg, la legendaria jefa de operaciones, que presentó su renuncia, disconforme. Zuck la consideraba «como una madre» y acusó el golpe.

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Rico, rico. Zuckerberg ha realizado una reciente gira por Asia para hablar de inteligencia artificial y, de paso, asistir a combates de artes marciales mixrtas. En abril, Zuckerberg sobrepasó a Elon Musk en la lista de multimillonarios por primera vez desde 2020. Zuckerber es ahora la tercera persona más rica del mundo, con un patrimonio de 186 mil millones de dólares. Por delante de él, Bernard Arnault, presidente del gigante del lujo LVMH y el fundador de Amazon, Jeff Bezos.

Así que Zuckerberg está embarcado en una tarea mesiánica que recuerda a Steve Jobs acudiendo al rescate de Apple, lo que consiguió sacándose de la chistera unos cuantos 'conejos': iPod, iBook, iPhone… ¿Pero es Zuckerberg un mago? Hay una diferencia evidente con Jobs, que se fue dando un portazo y regresó como el hijo pródigo después de ver mucho mundo.

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La reina del matriarcado. Mark y Priscilla se conocieron en la universidad y llevan casados once años. Tienen tres hijas (la última nacida en marzo) y diez mansiones. Su primera residencia está en Palo Alto (California), pero pasan mucho tiempo en su mansión de Hawái, donde Priscilla se siente 'en casa'. Las niñas se apellidan Chan Zuckerberg, con el apellido materno delante.

Zuckerberg nunca ha salido de Facebook. Y cada vez está más aislado, según Frances Haugen: «Mark lleva al timón desde los 19 años, rodeado de gente que le dice que está haciendo un gran trabajo». Haugen es la exempleada que filtró 22.000 documentos secretos de la compañía en 2021. Quedaron a la vista las vergüenzas de un algoritmo diseñado para incrementar el tráfico a toda costa. «Perjudica a los niños, exacerba la división política y debilita nuestra democracia», declaró ante el Senado.

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Un español en el círculo. Desde su 'búnker' hawaiano, Zuckerberg teletrabaja. Se reúne solo con 'el pequeño equipo', como llama a su círculo de confianza. El ingeniero oscense Javier Oliván forma parte de esos privilegiados y está detrás del éxito en la cuenta de resultados de WhatsApp e Instagram. Oliván, por cierto, ganó 21 millones el año pasado.

¿Y quién susurra al oído de Zuck? Según Fortune, el círculo de confianza está formado por cuatro personas. El aragonés Javier Oliván, un empleado veterano que sustituyó a Sandberg. Nick Clegg, antiguo vice primer ministro del Reino Unido, que convenció a Zuckerberg para que readmitiese a Trump en Facebook. Andrew Boz Bosworth, jefe de tecnología, que tiene la difícil misión de apearse de un tren en marcha (el metaverso) y subirse a otro que va a toda velocidad: la inteligencia artificial. Y Chris Cox, uno de los primeros ingenieros que tuvo la compañía, encargado por devolver la filosofía original con la que Facebook echó a andar en 2004: «¡Muévete rápido y rompe cosas!».

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Zuck, más artificial que nunca. Zuckerberg hizo alarde de su nueva tecnología aplicada al metaverso en una reciente entrevista con el divulgador Lex Fridman. El efecto, a juicio de los expertos, es bastante más convincente que cuando lo anunció, precipitadamente. Pero lo que tiene más impresionados a los ingenieros es Llama 3, la nueva inteligencia artificial de Meta, que amenaza con dejar atrás la del ChatGPT.

Dicho y hecho. En junio, Meta anunció el regreso a las oficinas. Se acabó el teletrabajo, excepto para Zuckerberg (y unos pocos), que le ha cogido el gusto a las videoconferencias. Y que, cuando acude a la sede de Menlo Park, lo hace rodeado de guardaespaldas.

A Zuck ya no le preocupa no caer simpático. Y puede que tampoco le interese demasiado lo que pasa más allá del muro de dos metros que rodea su mansión de Hawái, donde pasa cada vez más tiempo. Pero las acciones de Meta han triplicado su valor desde enero. Y eso es música para sus oídos.

Aunque empezó 2024 teniendo que pedir disculpas en el Senado a un grupo de familiares cuyos hijos han sido víctimas de abuso infantil a través de las redes sociales, Zuckerberg ha conseguido 'reconducir' el año. Sobre todo desde que presentó en abril Llama 3, un modelo de inteligencia artificial que planta cara al liderazgo de Open AI y su ChatGPT en el sector. Llama 3 no se presenta como un buscador y o un generador de lenguaje. En realidad, forma parte de la siguiente 'oferta' tecnológica: los asistentes inteligentes. Y, además, están preparando un sucesor para ese Llama 3 mucho más potente y que no tardará en estar en el mercado. Zuckerberg no está dispuesto a quedarse atrás en esta carrera. A sus 40 años, le queda mucha pista por delante.