Viernes, 30 de Diciembre 2022, 13:25h
Tiempo de lectura: 3 min
Cuando hablamos de ‘Año Nuevo’ estamos, en realidad, rindiendo homenaje a dos útiles artificios culturales: el calendario y el reloj. El calendario nació para poner orden en el ciclo litúrgico; el reloj, para dividir la jornada en porciones y alabar a Dios siete veces a lo largo de cada una (nuestras horas no son más que la popularización desnaturalizada de la ‘hora canónica’ del breviario que guía la oración de los monjes). Ambos inventos –reloj y calendario–, al crear una medida abstracta del tiempo, quebraron la continuidad de la vida; y nos obligaron a regir nuestros hábitos por sus dictados, de tal modo que nuestro sueño quedó ligado a la ‘hora de dormir’, del mismo modo que nuestra hambre quedó asociada a la ‘hora de comer’, en lugar de que sueño y hambre estuviesen dictados por la mera necesidad.
-
1 Cuando caminar se convirtió en un pasatiempo y dejó de ser una actividad mal vista
-
2 El Internet de los animales puede salvar el planeta
-
3 Venki Ramakrishnan: «Que vivamos más de los 120 años está en la misma categoría que colonizar Marte»
-
4 Podcast | La vida secreta de Gabriel García Márquez: su trastorno emocional, su año en un prostíbulo...
-
5 Esta es la mirada del hambre
Tras la ciudad perdida de Ramses II... y el rastro definitivo de Moisés
Cómo negociar con tus hijos (y ganar): 8 estrategias de mercado aplicadas a tu hogar
Cuando caminar se convirtió en un pasatiempo y dejó de ser una actividad mal vista
-
1 Cuando caminar se convirtió en un pasatiempo y dejó de ser una actividad mal vista
-
2 El Internet de los animales puede salvar el planeta
-
3 Venki Ramakrishnan: «Que vivamos más de los 120 años está en la misma categoría que colonizar Marte»
-
4 Podcast | La vida secreta de Gabriel García Márquez: su trastorno emocional, su año en un prostíbulo...
-
5 Esta es la mirada del hambre