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Animales de compañía

Amigo de la promesa

Juan Manuel de Prada

Viernes, 05 de Mayo 2023, 09:38h

Tiempo de lectura: 4 min

Me invita a un recital en la Gran Peña el joven pianista Raúl Canosa, que visita Madrid fugazmente, para presentar su primer disco, Serenatas y danzas españolas (Le Salon de la Musique), antes de regresar a Dallas, donde completa su formación bajo la égida de Joaquín Achúcarro, nonagenario y sin embargo todavía rebosante de entusiasmo por su oficio. También Raúl Canosa, que apenas cuenta con veintiséis años, participa de ese mismo entusiasmo, que lo ha empujado a grabar este insólito disco, en el que prueba a ‘maridar’ piezas poco difundidas de compositores españoles de muy diversas épocas: así, una Serenata española, de Joaquín Rodrigo, se empareja con otra de Malats, la Serenata de Torre Bermeja, de Albéniz, con A l’ombre de Torre Bermeja, del mismo Rodrigo, etcétera. Canosa ha tenido el acierto de incluir también en su disco obras de compositores jóvenes, desde una serenata de Miguel González-Vallés a un fandanguillo de Carlos Danés; y se ha atrevido, incluso, a dialogar con una Jota de Joaquín Larregla, componiendo él mismo una fantasía sobre temas populares aragoneses que es la pieza más difícil y agitada de todo el disco, todo un alarde de virtuosismo, con la tradición española al fondo, como un río espejeante.

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