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Mi hermosa lavandería

¿Qué hacemos con Bresson?

Isabel Coixet

Viernes, 08 de Marzo 2024, 10:18h

Tiempo de lectura: 3 min

Anne Wiazemsky, en Jeune fille (Gallimard, 2007), novela que recorre el rodaje de Au hasard Balthazar (1966), recuerda en tono lúdico el 'juego perverso' que el director Robert Bresson, de 64 años, probablemente uno de los más venerados de la historia del cine, estableció con la adolescente de 17 años que ella era entonces. Incluso antes de filmar, Bresson la va envolviendo en una sutil pero inequívoca tela de araña: le elige la ropa, la hace cambiarse delante de él, se burla de sus reparos, la llama con mil pretextos para, en realidad, poner a prueba su resistencia, la lleva a cafés, al cine, donde, en la oscuridad, acaricia sus manos, sus brazos. Bresson la ve como una ingenua dispuesta a ofrecerse, se toma en serio su 'trabajo' de Pigmalión y ve este descubrimiento como una oportunidad para seducirla, sin entender que ella, admirándolo profundamente, rechace sus avances y prefiera fijarse en chicos de su edad. 

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