Hoy que la lucha por la conservación del medioambiente es una de las mayores preocupaciones que tenemos, es útil recordar a las personas que desde hace décadas avisaron de las consecuencias de no prestar atención a las señales que ya se avistaban. Como May Sarton, Loren Eiseley fue un antropólogo, científico, poeta, narrador y ecologista que ya en los años sesenta avisaba de los peligros de la contaminación y del crecimiento indiscriminado. Eiseley lo hacía desde un punto de vista impregnado de melancolía. Sus observaciones sobre la vida cotidiana nos conducen a un estado de vigilia permanente en el que cada acto aparentemente insignificante puede contener toda la complejidad del mundo.
