Miércoles, 05 de Abril 2023, 13:18h
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Han perdido las energías renovables el fulgor con que se las percibía hace solo unos años, cuando eran la solución potencial para reducir nuestra dependencia de fuentes fósiles y para reducir emisiones. Ahora que empiezan a ser una alternativa efectiva, y cada vez más importante, afloran los inconvenientes, los peajes y las servidumbres que aerogeneradores y paneles provocan en los territorios donde se instalan. El fenómeno, el descontento, ha llegado incluso al cine, gracias a dos de las cintas más celebradas del año pasado en España, Alcarràs, de Carla Simón, y As bestas, de Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña. Una lectora se suma en tono airado a las objeciones. Y, antes de descartarlas a la ligera, quizá deba analizarse si se están teniendo en cuenta todos los costes, cómo cabría reducirlos y su justo reparto.
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