Calores

Tras los casi 47 grados que San Lorenzo le infligió este año a Valencia –haciendo como nunca honor a su fama y a la parrilla de su martirio–, se les pone un poco más cuesta arriba a los negacionistas del cambio climático su particular mantenella y no enmendalla, pero, como nos sugiere un lector, ya encontrarán la manera de no darle mucha importancia a esta como a otras flamígeras novedades. Parece que los seres humanos viven condenados a la discordia, incluso sobre aquellos asuntos que atañen a su común supervivencia y que no deberían ser objeto de disputa, en tanto que ignorarlos tan solo conduce al quebranto colectivo. Hará falta, por tanto, más paciencia, más conocimiento y más persuasión. Y también que las soluciones –si las hay, a estas alturas– sean más equitativas y más aceptables para todos.