Anda el oficio más corto de personal que de categorías. Hay menos camareros potenciales en lontananza que angulas en el río Sella y parece que la cosa no amaina. De seguir así, nos van a sobrar hasta las palabras. Con lo que nos gustaba poder precisar a qué tipo de profesional de la botella nos referíamos con solo decir 'tabernero', 'posadero', 'figonero', 'ventero', 'coctelero' o 'vinatero'. Y eso sin abandonar la tradición patria, porque hace ya tiempo que nos manejábamos en inglés y decíamos 'barman'. Hasta la RAE metió la palabra en el diccionario: «Persona encargada de preparar bebidas en la barra de un bar, especialmente si es experta en cócteles y otras combinaciones alcohólicas».
