Revisión energética

Energía nuclear, un verdor inesperado

No emite CO2, dicen sus defensores. Genera residuos radiactivos y causa gravísimos accidentes, alegan sus detractores. Siete décadas después de la primera central nuclear, la fuente de energía más polémica aún levanta pasiones, azuzadas ahora por la Comisión Europea, que propone considerarla, junto con el gas, «energía limpia». Así funciona por dentro.

Lunes, 21 de Febrero 2022 | Actualizado 29/04/2024, 10:12h

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El reactor de la central de Cofrentes, en Valencia [en la imagen superior], es el más potente de los siete que componen el parque nuclear español. Juntos generaron en 2021 una quinta parte de la electricidad consumida en España y sin emitir CO2 a la atmósfera. Esta es la razón por la que, a pesar de que produce residuos altamente peligrosos, la Comisión Europea quiere etiquetar como 'verde' la energía atómica al considerarla un medio de transición hacia la economía descarbonizada.

Alta seguridad

Bienvenidos al centro de control

Dos operarios practican en un simulador nuclear, empleado en labores de formación. Cada central debe contar con uno, réplica exacta de su puesto de mando. El sector en España da empleo a cerca de 28.000 personas, ya sea de manera directa o en empresas relacionadas con sus actividades. En lo que respecta a la seguridad, hay un antes y un después del accidente de Fukushima. Lo ocurrido en la central japonesa en 2011 obligó a revisar las medidas de prevención de todas las plantas del mundo, incluidas las españolas. «Nunca han sido más seguras», manifiestan desde el sector.

Salamanca

La gran fábrica de uranio

En la fábrica de combustible nuclear de Juzbado, en Salamanca, se producen las varillas de uranio que alimentan a todas las plantas nacionales, excepto a la de Trillo, en Guadalajara. «En España tenemos un buen mix eléctrico: una buena diversidad de fuentes de energía –subraya Gonzalo Jiménez, profesor de Ingeniería Energética en la Universidad Politécnica de Madrid–. Y la nuclear demostró su eficacia ante fenómenos como Filomena, el pasado invierno, cuando siguió funcionando al cien por cien».

Máximo rendimiento

Solo se detienen para recargar las pilas

Maniobra para la recarga de combustible. El proceso se produce de manera periódica y se alarga durante algunas semanas. El reactor Almaraz I, en Cáceres, por ejemplo, cesó su actividad para este fin el 22 de noviembre y se reincorporó a la red eléctrica el 11 de enero. En la operación se sustituye un tercio de las varillas y se realizan modificaciones de diseño. Es el único momento en que la planta se detiene, ya que, de las 8760 horas que tiene el año, el parque nuclear está activo unas 8000.

Lo que más preocupa

¿Dónde van los residuos?

El 95 por ciento de los residuos radiactivos generados en España son de muy baja, baja y de media actividad. Todos ellos se trasladan al almacén centralizado de El Cabril, en Hornachuelos (Córdoba). Allí se sepultan entre contenedores, celdas de hormigón y capas de tierra mientras pierden su radiactividad... ¡dentro de 300 años! Los residuos de alta actividad se almacenan bajo el agua en piscinas de acero y hormigón en cada central. De ahí pasan a contenedores en seco de hormigón y acero.

Inversión de futuro

El planeta nuclear busca financiación

En el mundo existen 439 reactores en operación –52 más en construcción–, que producen el 10 por ciento de la electricidad que consumimos. Cifra que en Europa, con 104 reactores, se eleva al 26 por ciento. «Hoy por hoy –dice Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear– no podemos prescindir de ella en el proceso de descarbonización y neutralidad climática para el año 2050». La etiqueta verde que propone la Comisión, considerándola medioambientalmente sostenible, busca facilitar las inversiones en esta tecnología.