La Voz de Galicia

Así son los turrones más virales: de Doritos o Ruffles de jamón

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Amara Santos Redacción / La Voz

Se elaboran a mano en Pepina Pastel, un obrador valenciano a cargo de una madre y una hija que supieron combinar de la mejor manera el arte para perseguir tendencias y la habilidad para la repostería

06 Dec 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Ruffles jamón, Doritos, Gublins, palomitas dulces o palmeras son los originales ingredientes de los turrones más virales de esta Navidad. Se elaboran artesanalmente y tras una primera tirada de 10.000 unidades (600 diarias a cargo de un equipo especializado) trabajan a contrarreloj para ofrecer otras tantas antes de la próxima Nochebuena, el 24 de diciembre. El secreto de estas inusuales recetas es de Pepina Pastel, un obrador de Valencia a cargo de una madre y una hija, Pepa Fuster y Lara Guerrero.

El negocio, cuyo obrador está en la localidad valenciana de Alzira, (donde también tienen una tienda, además de otra en Valencia ciudad), nació en el 2019 y fue a partir del 2020 cuando le dieron forma y empezó a dar sus frutos, tanto que actualmente envían a toda la Península. Ninguna de las dos era repostera profesional, ya que la Pepina tiene formación en peluquería, pero ambas se dieron cuenta de la buena mano para los postres de la madre y la capacidad para la innovación de la hija, y lo demás ya es una exitosa historia.

La gestión del trabajo desde el inicio fue sencilla, con Lara buscando tendencias y aportando ideas y con Pepa desarrollando las recetas. Fue hace tres años cuando decidieron apostar por turrones que se salen de lo tradicional, dado que emplean turrón de Xixona con diferentes ingredientes, principalmente snacks salados. «Queríamos hacer algo rompedor, además de que somos muy aficionados en la familia de mezclar dulce y salado», cuentan.

Califican sus turrones como «una experiencia» y a ello se une su pretensión de diferenciarse no solo en el sabor, sino también a nivel visual, saliéndose de la típica tableta rectangular y creando estos dulces con la propia forma del producto. Al inicio de esta iniciativa optaron por la forma circular, pero ahora el turrón de Ruffles simula a una patata y el de Doritos a este snack, sin dejar lugar a equivocaciones. En cuanto al proceso de creación, concretan que para el más popular, el de patata frita de jamón, hacen la patata frita caramelizada para que dé el toque crujiente y aportan la parte dulce con una mezcla de cremas.

«Está siendo un éxito, una locura», celebra exultante Lara en uno de los escasos ratos que descansa y sale del obrador a coger fuerzas, a la vez que destaca: «Nuestros turrones saben realmente a lo que llevan». A pesar de que los snacks son consumidos mayoritariamente por el público infantil, apuntan que los compradores de sus turrones son clientes de todas las edades. «Siempre lo mismo, al final, aburre, la gente prefiere otros conceptos diferentes y de calidad extrema», comentan.

Tras el éxito repetido de años atrás y el de este 2025, son conscientes de la presión de cara a la Navidad del año que viene, para la que ya están buscando ideas de nuevos ingredientes. Ahora están disponibles packs de los cinco turrones juntos, una caja de dos o por venta individual y han tenido que echar el resto para hacerlos llegar a Mallorca, donde domina la demanda a nivel nacional. «Estamos enviando a la isla a través de atención al cliente porque la web no está preparada para otros pedidos que no sean peninsulares», aclaran.

«BOCADOS PERFECTOS»

En Pepina Pastel la filosofía principal es sorprender a los clientes y disponen de otros dulces igual de exquisitos más alla de los turrones como los Pepibons, pequeñas bolas de sus bizcochos mojadas en chocolate para «un bocado perfecto». La oferta se completa con tarta de chocolate con churros o de horchata con fartons (dulces típicos valencianos de forma alargada coronados con azúcar glas y con la consistencia de un bollo).

Toda esta aventura tuvo su origen en un cumpleaños de la pareja de Lara, en el que su madre hizo una tarta, y tal fue el éxito entre los comensales que vieron la oportunidad en un nicho de mercado que constituye ahora su principal actividad profesional. El nombre del negocio se debe a la unión del nombre de su madre, Pepi, y su apelativo cariñoso «mamina», todo un homenaje a parte del alma de este goloso negocio al que seguro le esperan más éxitos y elaboraciones imposibles, pero no para ellas.


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