La Voz de Galicia

Devoción por la virgen de Fátima en Vigo, pero guardando las distancias

Vigo

alejandro martínez vigo / la voz

El coronavirus no puede con la devoción a Fátima

Cientos de fieles participan en las diez misas que se sucedieron durante todo el día en la iglesia de Vía Norte

17 May 2020. Actualizado a las 00:59 h.

Con menos gente, pero una tradición religiosa que se mantuvo ayer en el centro de la ciudad a pesar del coronavirus. Cientos de personas volvieron ayer a mostrar su devoción por la virgen de Fátima en el día de su festividad. Las misas se sucedieron cada hora en el templo de la calle Vía Norte y, debido a las reducción del aforo, muchos feligreses siguieron las ceremonias desde la calle. Unos rezaron desde el exterior al llenar el templo un tercio de su aforo y otros decidieron no entrar por precaución.

Las normas de distanciamiento social se cumplieron a rajatabla dentro de la iglesia. Fue posible gracias al comportamiento cívico de los ciudadanos y a la colaboración desinteresada de los voluntarios de la asociación Vodea, que controlaron los accesos para que no entraran más personas de lo debido. Este colectivo destinó a seis efectivos durante la mañana y a otros ocho por la tarde, así como dos sanitarios equipados con botiquín y desfibrilador. Su función fue controlar la entrada con protección de los feligreses y que no se superarse el aforo permitido.

Un miembro de la organización utilizaba un contador de personas con pulsador en la entrada del templo. Informaba de que solo podían entrar 92 en cada celebración religiosa.

Dentro del templo se siguieron todos los protocolos establecidos por el Obispado. Obligatorio a la entrada era desinfectase las manos con gel hidroalcohólico mediante un dispensador colocado en la puerta. Los fieles se encontraron con cintas de plástico en los bancos para limitar el espacio y ampliar la distancia social. El sacerdote no invitó a los congregados a darse la paz e impartió la comunión en la mano. Los feligreses salieron por un lugar distinto por el que entraron para evitar aglomeraciones en el atrio de la iglesia. Entre misa y misa, los voluntarios procedían a la desinfección del recinto sagrado.

 

Sin procesión

Lo que no pudo organizarse fue la tradicional procesión de la imagen de la Virgen alrededor del templo. En primer lugar porque resultaría complicado controlar el distanciamiento de las personas, pero también por las propias obras de construcción de la estación del AVE.

No obstante, la jornada de ayer distó mucho de las miles de personas que siempre ha convocado la festividad de la Virgen de Fátima. Muchos creyentes, sobre todo de la tercera edad, optaron por no acudir para prevenir cualquier contagio.

El párroco, Juan Luis Martínez, se mostró satisfecho por la disciplina que mostraron los devotos y destacó que era raro observar a alguien que no llevase puesta una mascarilla. No obstante, la iglesia ofreció estas protecciones a las personas que acudieron sin ellas. El párroco envió un dosier a la Policía Local y a la Policía Nacional con planos de la iglesia y los horarios de los ritos religiosos para informarles de cómo iba a transcurrir la jornada.

Los religiosos estaban contentos de haber podido reencontrarse con sus fieles esta semana. «Estos días que no permitían entrar en la iglesias, decía la misa yo solo y era una penuria no ver a los fieles. Sufría por no ver gente y ellos sintieron lo mismo por no poder venir a la celebración», afirma el sacerdote. En su opinión la pandemia enseña que «no estamos en un mundo ideal, somos débiles, limitados y estas cosas surgen en cualquier momento y a todos nos sorprende para apreciar que estamos aquí de paso».

Muchos creyentes reconocieron ayer que tenían muchas ganas de volver a los templos porque no es lo mismo que seguir las ceremonias por televisión o las redes sociales.


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