La historia de Con la Venia contada por el doctor Vilches
Vigo
26 May 2010. Actualizado a las 11:40 h.
Es el tiempo que hace que, con suerte dispar, empezaron a rodar (y rodar) por esos locales vigueses de Dios los componentes de Con la Venia. Tiempo más que suficiente considera uno de ellos, en concreto Manolo Vilches, para echar la vista atrás y hacer historia. Y, de paso, para descubrir si cuentan con tantos adeptos como presumen a lo largo de tantísimas noches de blanco satén: 1.500, noche arriba, noche abajo, teniendo en cuenta que el heterogéneo y divertido grupo actúa una vez por semana.
Desde hace unos pocos meses su escenario de referencia es el del Xancarajazz, fruto de esa amistad que viene de antiguo con Gonzalo Villar y Justo Pérez pero, según compruebo en el blog de Vilches, hay pocas salas en las que no se hayan hecho un hueco, empezando por el Cerne da Deboura, cuyas puertas les abrió Quico Cameselle. Vendrían luego Luada, Gepetto, Xentes, TQM, El Parque, Joker, Oh Vigo, Manteca jazz y Oh la la.
Aún es más larga la lista de componentes que han hecho carrera afectiva (la musical siempre ha dejado mucho que desear) en Con la Venia. Compruebo en el blog que de los fundadores de la banda -«nadie se atrevía a llamarla orquesta»- sólo quedan cinco: José Araújo, Carlos Borras (abogados ambos en la vida civil), el bodeguero José María Fonseca, el promotor inmobiliario Juan Pérez y el funcionario Xulio Taboada. Por contra, el primero en abandonar aquel proyecto primitivo fue otro abogado (de ahí lo de Con la Venia), Matías Movilla, al que siguieron Xaquín Dacosta, Alberto de Sousa...
Pero nunca hubo problema de quórum, porque siempre estuvieron garantizados los recambios. Así, fueron llegando más abogados (Javier Álvarez Blázquez, José M. Criado del Rey), y médicos de distintas especialidades (Manuel Vilches, Javier González), y matemáticos (Tato Garrido), y hasta un profesor de conservatorio (Serafín Fernández).
Esta miscelánea amistosa se traduce en llenos hasta la bandera en el Xancarajazz cada noche del jueves. Ya lo he contado en alguna otra ocasión, pero lo repito: no se sabe quien lo pasa mejor, si la banda o el público. Actúan por amor al arte (¡faltaría más! siendo como es un divertimento), pero seguro que estarían dispuestos a pagar si un día les dijeran que se acabó lo de subir a la tarima a ejecutar el Begin the beguine.
Además de para contarme lo del blog, me escribe Vilches para que cuente en esta su (de ustedes) Mirilla que les encantaría intercambiar a través de la red material gráfico y/o comentarios «con ese público al que tanto debemos y con el que nos lo pasamos tan bien a lo largo del tiempo». Petición cumplida.
Santiago subió ayer el telón del escenario en el que se mostrará lo último de lo último del diseño gallego. Allí estarán, entre otras creadoras viguesas de largo recorrida, Mercedes Alonso y Olga Santoni con sus colecciones, pero también algunas recién llegadas que no habrá que perder de vista. es el caso de Blanca Rosales, Amaya Fernández o Silvina Martínez.
Las tres han finalizado ya sus estudios de diseño y patronaje en la escuela Goymar, y las tres concurren al concurso en la denominada Zona E, cada una con una colección que incluye cinco estilismos.
Habrá más representantes de Goymar en Santiago, en este caso en la Zona Zero. Serán María Cabezas, María Martínez, Marc Lago, Mar Castro, Ana Simón, Irene Lameiro, Stephanie Larumbe, Patricia Rodríguez y Enrique Sánchez. Lo que piense el jurado de sus propuestas lo sabremos pronto.
El consulado del país austral no quiere pasar por alto tan redondo cumpleaños, así es que ha organizado una fiesta en la que la música, con el tango como referente, será el hilo conductor.
La cita será esta tarde-noche (20.30 horas) en el auditorio del Centro Cultural Caixanova. Están previstas las actuaciones de Lorena Lores, Daniel Calá, Uxía Blanco, Claudia Zurita, Enrique Migliarini, Diego Alcántara... La entrada es libre y gratuita, así es que mejor llegar con tiempo si queremos garantizarnos una butaca.
Un año más, y van diez, el Círculo Mercantil se transformará en la pasarela sobre la que desfilen nueve mujeres operadas de cáncer de mama, todas ellas recuperadas ya tanto física como emocionalmente del golpe que supone el diagnóstico de la enfermedad. Mostrarán con el desparpajo y el coraje al que nos tienen acostumbrados, la moda lencera y de baño para esta temporada.
Me recuerdan desde la Asociación que, por todo lo que implica el acto, puede considerarse mucho más que un desfile. Estamos de cuerdo.