La Voz de Galicia

Las 10 reglas para comer sano y barato

Vigo

Marina Chiavegatto

26 Jul 2009. Actualizado a las 02:00 h.

¿Quién no ha aprovechado los garbanzos sobrantes del puchero para hacer una ropa vieja? ¿Quién no ha comprado los productos en distintos supermercados para buscar los mejores precios? Estas son solo algunas de las técnicas que las amas de casa usan a diario para esquivar a la crisis. La nutricionista de Sernuga, Patricia Beiro, y Jesús Magaz, cocinero del Asador Soriano, juntaron sus conocimientos para elaborar los diez consejos que uno debe seguir a la hora de «cocinar en tiempos de crisis». «Lo primero que hay que decir es que la gente está viviendo la psicosis de la crisis», reflexiona Jesús Magaz. «Escucho por la calle a las personas quejándose del precio de los alimentos -añade-, pero la verdad es que la mayoría de los productos han bajado este último año. No es caro comer. Basta saber cocinar».

1 Planificar con antelación las compras. Patricia Beiro recomienda que uno nunca vaya al supermercado sin llevar una chuleta: «Si planificamos con antelación los menús, hacemos una alimentación más sana y no caemos en el error de la compra improvisada, en la que adquirimos alimentos que después no vamos a aprovechar».

2Tener una buena despensa de alimentos base. Algunos alimentos base no perecederos, como es el caso del arroz o de la pasta, son buenos ejemplos de productos para tener siempre el la despensa, ya que nos pueden salvar en caso de tener un apuro, sin que tengamos que recurrir a soluciones poco sanas (y más caras) como es el caso de la comida basura.

3Preferir frutas y verduras de temporada. No comprar siempre las mismas frutas y verduras, sino que ir variando en función de sus precios. Los alimentos de temporada son siempre más baratos, más frescos y más sanos.

4 El pescado congelado tiene cada vez mejor calidad.

El cocinero Jesús Magaz recomienda los pescados congelados como una buena opción a la hora de ahorrar. «Tiene cada vez mejor calidad y están muy bien de precio», sostiene.

5 Recurrir a cortes menos nobles de la carne. Ya se sabe que la carne suele ser el elemento más caro de los menús, pero el cocinero del Asador Soriano explica que hay que saber elegir bien para comprar barato: «El precio de algunas carnes como la parte delantera de la ternera baja en verano porque se usa sobre todo para el estofado». El cocinero aconseja que en este verano «con cara de invierno» las familias apuesten por hacer «guisos y estofados light».

6Algunas legumbres también tienen proteínas. La nutricionista recuerda que, aunque se deba variar y comer a diario carne o pescado, existen algunas legumbres que pueden sustituirlos en algunas comidas, haciendo que el menú salga más economico. Las lentejas y los garbanzos son dos ejemplos de legumbres con proteína vegetal.

7Conservar bien los alimentos. Siempre que sea posible, congelar aquellos alimentos que tengan la fecha de caducidad próxima o que, por algún motivo, no se vayan a consumir pronto. «Hay que mantener los alimentos totalmente plastificados, sin que se pierda la cadena de frío. Así conseguiremos que no se echen a perder», explica la nutricionista. Patricia Beiro recuerda también que uno de los fallos más frecuentes pasan a la hora de descongelar los alimientos: «Mucha gente no sabe que los alimentos deben descogelarse en la nevera. La excepción son los vegetales congelados que deberán prepararse directamente congelados».

8Aprovechar las sobras para hacer nuevos platos. Cada ama de casa tiene sus propias técnicas, pero el chef Jesus Magaz comparte algunas de sus recetas preferidas para aprovechar los sobrantes. Las espinas de pescado sirven para hacer una sopa, los restos de verdura a la plancha para hacer un puré, el pan reseso para postres y la carne para hacer canelones.

9Mejorar las técnicas de cocina. Mejores técnicas pueden significar un incremento del redimiento de lo que se cocina y ayuda a evitar derroches. Eso se puede conseguir, por ejemplo, recordando que los alimentos frescos son más saludables y menos nutritivos.

10 Tener una alimentación nutritiva y no compulsiva. «Uno de los grandes problemas de la gente sigue siendo la idea de que uno solo debe comer sano cuando quiere adelgazar», explica la nutricionista, que cuenta que muchos de sus pacientes van a la consulta para pedir «productos milagro». «Yo lo que explico es que hay que aprender a comer bien», cuenta la experta. Porque, además de los obvios beneficios, una alimentación racional y no compulsiva pesa mucho menos el bolsillo.


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