La Voz de Galicia

«Podremos revertir la vejez, pero no para vivir más, sino para llegar sanos a una edad avanzada»

Sociedad

r. romar redacción / la voz

Un investigador vigués probó que es posible en ratones

18 Dec 2016. Actualizado a las 10:55 h.

No se trata de poder llegar a cumplir 150 años, sino que dentro de los límites actuales de la biología humana podamos llegar a viejos de forma saludable. Mejorar la calidad de vida sin los achaques propios de la edad. Si este es uno de los grandes objetivos de la ciencia, el estudio publicado esta semana en la revista Cell por un equipo del Instituto Salk de Estudios Biológicos de California, en el que se logró alargar la vida de ratones gracias a la reprogramación celular, marca el camino para poder conseguirlo. No será pronto, pero el trabajo muestra que es posible. 

La investigación fue liderada por el investigador español Juan Carlos Ispizúa, pero el primer autor del trabajo es un científico de Vigo. Alejandro Ocampo. «Nuestro objetivo -explica desde California- es que vivamos sanos más años, que lleguemos con una buena calidad de vida a una edad avanzada». Ahora parece ciencia ficción, pero en un futuro no demasiado lejano los avances que ahora se han logrado podrán aplicarse a los humanos. Esta al menos es la esperanza de Ocampo. «Creo -dice- que, sin duda, podremos revertir la vejez y que en unos diez años habrá ensayos clínicos no para extender la vida, sino para desarrollar terapias que frenen los síntomas del envejecimiento, como la pérdida de la masa muscular, las arrugas de la piel, las enfermedades neurodegenerativas o cardiovasculares...».

La clave para conseguirlo pasa por actuar no directamente sobre nuestros genes, sino sobre nuestra epigenética, los cambios ambientales que experimentamos a lo largo de nuestra vida, desde lo que comemos a lo que bebemos, lo que fumamos o nuestra exposición al sol, que afectan a las marcas químicas en nuestro genoma que controlan la expresión de los genes. De hecho, lo que se ha observado en el estudio es que estas marcas epigenéticas son «un factor fundamental en el envejecimiento». «Antes -destaca Ocampo- no se sabía si eran una causa o una consecuencia, pero ahora vimos que son una causa».

Reprogramación parcial

Estas modificaciones químicas se pueden revertir, y es lo que se ha probado ahora, mediante la reprogramación celular, la técnica desarrollada por el nobel de medicina Shinya Yamanaka por la cual las células adultas y especializadas pueden retrotraerse a un estado embrionario, a una pluripotencia en la que pueden convertirse luego en cualquier otra. Pero los investigadores del Salk Institute no llegaron a ese límite, «porque sino el animal se acabaría muriendo». Lo que hicieron fue aplicar una reprogramación parcial, de tal modo que en vez de llevar las células a su estado más primitivo e indiferenciado, como si aún no hubieran nacido, lo que consiguieron fue devolverlas a su infancia o juventud. Las células, de esta forma, no han perdido su identidad. Siguen siendo especializadas, unas de la piel, otras del músculo cardíaco, otras son neuronas... pero mucho más jóvenes.

Es una vía más que prometedora en la que seguirá trabajando Ocampo, que llegó al grupo liderado por Juan Carlos Ispizúa después de licenciarse como biólogo molecular en la Universidade de Santiago y de realizar el doctorado en la Universidad de Miami, siempre acompañado por su mujer, Vanessa. Ahí trabajaba con levaduras, pero llegó un momento en que pensó que necesitaba hacerlo con modelos más complejos. Su destino fue California. «Mi mujer y yo -dice- cogimos un camión y cruzamos Estados Unidos de costa a costa». Primero trabajó en el Instituto Scripps, hasta que fue fichado por Ispizúa. «Aquí -dice- tengo total libertad para hacer lo que quiera, y tenemos medios y financiación».


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