La Voz de Galicia

La sonda espacial «Rosetta» halla al robot «Philae»

Sociedad

Agencias

La cámara de alta resolución  logró ubicar al aterrizador, que no ha dado señales de vida desde junio del 2015

06 Sep 2016. Actualizado a las 08:57 h.

La sonda espacial Rosetta ha hallado al robot Philae en una grieta oscura del cometa 67P. La ESA (Eropean Space Agency o Agencia Espacial Europea) acaba de anunciar este descubrimiento supone un avance para la investigación cuando faltaba menos de un mes para que la nave complete su misión, con un descenso controlado hacia la superficie del cometa 67P/CG, el 30 de septiembre, según informa AFP.

Las fotografías revelan que ese pequeño robot se quedó calado en una grieta oscura del cometa y demuestran, según su comunicado, por qué era tan difícil establecer comunicación con él en todo este tiempo, según recoge la agencia EFE. Philae fue visto por última vez después de que tocara por primera vez un punto bautizado con el nombre de Agilkia, desde el que rebotó y acabó deteniéndose finalmente en una zona conocida como Abydos, a un kilómetro de ese primer lugar elegido para el aterrizaje.

El control de la misión Rosetta de la ESA en Darmstadt (Alemania) desconectó el pasado 27 de julio el interfaz de comunicación entre la nave y su aterrizador Philae, que ha estado en silencio desde hace un año, según Europa Press. El interfaz es conocido Electrical Support System Processor Unit (ESS) y fue apagado. 

Ninguna señal ha sido recibida por Rosetta de Philae -primera nave espacial que aterrizó en un cometa- desde julio del 2015, y a principios de este año, el módulo de aterrizaje fue declarado en estado de hibernación eterna. A pesar de esto, la conexión se mantuvo hasta ahora ante la posibilidad de que Philae despertase. Aunque Rosetta ha sobrevolado el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko a 10 kilómetros, no se había recibido ninguna señal desde el módulo de aterrizaje.

Una misión a punto de terminar

La misión está llegando a su fin como consecuencia de la cada vez mayor distancia de la nave espacial del Sol y la Tierra. Se está dirigiendo hacia la órbita de Júpiter, lo que resulta en una reducción de la energía solar recibida para operar la nave y sus instrumentos, y una reducción en el ancho de banda disponible para el enlace descendente de datos científicos.

En combinación con el envejecimiento de la nave y la carga útil que han soportado las duras condiciones del espacio más de 12 años -no menos de dos años cerca del polvo de un cometa- esto significa que Rosetta está llegando al final de su vida natural.

En lugar de correr el riesgo de una larga hibernación, de la que es poco probable que se recupere, y después de consultar con el equipo científico de Rosetta en el 2014, se decidió que Rosetta seguiría a su aterrizador Philae descendiendo hacia el cometa, informa la ESA.

Las últimas horas de descenso permitirán a Rosetta hacer muchas mediciones únicas, incluyendo imágenes de muy alta resolución, aumentando el retorno científico de Rosetta con datos preciosos alcanzables sólo a través de una conclusión única. Las comunicaciones cesarán, sin embargo, una vez que el orbitador llegue a la superficie, y sus operaciones se darán entonces por terminadas.

«Estamos tratando de exprimir la mayor cantidad de observaciones posible, antes de que se quede sin energía solar», dice Matt Taylor, científico de la misión. «El 30 de septiembre marcará el fin de operaciones de la nave, pero también el comienzo de la fase donde la información completo de los instrumentos estará disponible para la ciencia. Tenemos años de trabajo por delante, con un análisis exhaustivo de sus datos», explicó.


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