Tres días para encaminar hacia el éxito la cumbre climática de París

Las dos semanas de la cumbre son insuficientes para llegar a acuerdos si estos no están ultimados. De ahí la reunión de estos días.Habrá 100 millones de personas más viviendo en la pobreza extrema en el 2030 si no se limita el impacto del calentamiento global. El 80 % del carbón que sabemos que aún queda no podrá ser utilizado si queremos llegar a esos +2 grados. ¿Cederá la industria? Desde el año 2020 se necesitarán 100.000 millones de dólares anuales en inversiones, y por ahora solo hay garantizados 65.000. El objetivo es que en el 2100 la temperatura suba solo 2 grados con respecto a niveles preindustriales. Por ahora va de 2,7 a incluso 5. En lo que va de año 156 países se han comprometido a reducir sus niveles de CO2. Incluidos los contaminantes China y EE.?UU.

«El mundo está posiblemente ante el año más importante en siglos». De esta forma tan dramática se expresaba ayer el ministro peruano de Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, que está en París junto a otros sesenta colegas de todo el mundo para preparar durante tres días el documento que deberá ser ratificado en la cumbre del clima (denominada COP-21) que se celebrará en la capital francesa a primeros de diciembre. Ayer se supo que a la reunión acudirá Vladimir Putin, uno de los cien líderes que ya confirmaron su presencia, como el papa Francisco.

Hasta la cita más protocolaria de diciembre queda mucho por hacer. El principal objetivo es conseguir que en el año 2100 la Tierra tenga una temperatura media de solo 2 grados centígrados más que antes de la revolución industrial. A pesar del frenazo a las emisiones de CO2 que supuso Kioto y de los compromisos recientemente anunciados por China y Estados Unidos, actualmente la previsión es que en el 2100 las temperaturas aumenten entre 2,7 y 3,5 grados, y algunos informes hablan incluso de 5. 

«Estamos jugando un juego, pero no un videojuego, de supervivencia. Y faltan 20 días para el game over», dijo Pulgar Vidal, que como presidente de la cumbre anterior (COP20) cedió el testigo a Laurient Fabius, ministro de Exteriores francés.

Tal vez por esa condición de última oportunidad, entre técnicos y políticos hay cierto optimismo en la consecución de un acuerdo. De entrada, que participen China y Estados Unidos -que se desentendieron de Kioto aunque entre ambos y la UE producen el 50 % del CO2 mundial- es una gran noticia. Laurent Fabius aseguraba ayer que «hay consenso» para establecer un reparto justo de los esfuerzos y para implicar a todos los sectores, industria incluida.

Por definir

Sobre el papel, los principales retos son cómo articular la ayuda de los países del norte a los del sur para financiar sus políticas climáticas, los objetivos a largo plazo, el reparto del esfuerzo entre países industrializados, emergentes y pobres, y la revisión al alza de los compromisos adoptados por los Estados para reducir los gases de efecto invernadero.

Desde el 2020, el mundo gastará 100.000 millones de dólares anuales en una reconversión verde, pero solo hay 65.000 asegurados, aunque hay promesas de obtener 20.000 millones más; aún así faltaría un 15 %.