La Voz de Galicia

«Los valores y la actitud son claves para el éxito en la vida»

Quintela de Leirado

m. vázquez ourense / La voz

El empresario Odilo Rodríguez presenta un libro autobiográfico que empezó a escribir para sus tres nietos

30 Oct 2018. Actualizado a las 05:00 h.

 Odilo Rodríguez pensó un día que sería buena idea que sus nietos conocieran cómo ha sido su vida. El empresario que montó el Grupo Alaska y que durante años fue presidente de los industriales de San Cibrao, creyó que debía dejar un manuscrito en el que, sobre todo, transmitir la cultura del esfuerzo. Hoy aquel proyecto es un libro que acaba de sacar a la luz Teófilo Edicións. «Quizás a alguien le puede molestar; habrá personas que pensarán que porqué no me dedico a otra cosa, que mi vida no le interesa a nadie, pero lo cierto es que yo nunca pensé en este proyecto como algo que fuera a publicarse, surgió como algo privado», se disculpa el autor, que insiste en que «yo lo único que quería era demostrar a mis nietos que todo esfuerzo tiene su recompensa». Noble objetivo para un hombre hecho a sí mismo para el que este empeño resultaba casi un deber. «Los que fuimos padres y ahora abuelos tenemos la obligación de inculcar a nuestros hijos ciertos valores, de mostrarles lo que la vida les puede deparar», asegura.

En su biografía, titulada Más fuerte que el hambre, Rodríguez repasa momentos clave de su vida. «Hablo de la infancia de un niño criado en una aldea de Quintela de Leirado y sin padre, cualquiera puede imaginarse cómo fue aquello, y también sobre cómo me tuve que buscar la vida, como tantos y tantos ourensanos. La guerra civil había dejado muchas secuelas, y había que salir fuera por necesidad. Que nadie me diga ahora que si en aquella época se fue por el mundo, no lo hizo por esa razón». En su caso, trabajó en Holanda y en Guinea Ecuatorial. «Cogí una maleta y me fui por el mundo con ilusión, porque no dejaba atrás familia, pero muchos padres se marchaban sin saber muy bien adónde y dejaban a sus hijos, aquello debió de ser muy doloroso», admite.

Desde que cumplió los 50, y se sintió liberado de la educación de sus hijos, Odilo iba cada domingo a la oficina y dedicaba dos horas a escribir. «Era una distracción, me gustaba recordar», asegura. Hoy, dice, las cosas han cambiado mucho. «En la vida no podemos esperar que nos caigan los panes del cielo, hay que buscarlos», afirma, esperando que «ojalá nadie tenga que pasar por lo que yo pasé». Tiene claro que «los valores y la actitud son fundamentales para tener éxito en la vida» y defiende la importancia de la familia. «Se está perdiendo la comunicación en favor de las cosas materiales. Eso no me gusta», admite.


Comentar