La Voz de Galicia

La Voda da Pita de As Eiroás: de las locas promesas electorales a los besos del cabo Rubiales

Ourense

María Doallo Ourense

Gumersinda y Antonio se dieron de nuevo el sí, quiero en As Eiroás

El enlace de entroido del barrio ourensano terminó este año con dos parejas

13 Feb 2024. Actualizado a las 17:10 h.

José Manuel Baltar, Gonzalo Pérez Jácome, Alfonso Rueda, Yolanda Díaz, José Ramón Gómez Besteiro y Ana Pontón interrumpieron uno a uno este año la Voda da Pita de As Eiroás. Querían recordarles a los novios y a los vecinos parte del programa electoral de sus respectivos partidos para las autonómicas. Gumersinda Benavides y Antonio Guimaraes tuvieron que escuchar las historias de candidatos a la Xunta y demás políticos antes de darse finalmente el sí, quiero. Por si fuera poco, en el enlace también estuvo presente Feijóo, que contactó con el cura por teléfono y llegó a prometer la construcción de un aeropuerto en Ourense. Rueda hizo su aparición en busca de pélets y Baltar habló de la velocidad al volante, aunque aseguró que él nunca superó los 122 kilómetros por hora. Jácome le pidió ayuda al expresidente de la Diputación con la campaña y este accedió. El acuerdo lo sellaron con unos conguitos en el bar de la comisión.

A Yolanda Díaz se le ocurrió tontear con Antonio, el viudo más conocido de As Eiroás, y Gumersinda tuvo que pararle los pies desde el altar antes de que la cosa se desmadrase. Pero una de las sorpresas más grandes del día fue el cabo Rubiales, que se describió a sí mismo como «el mejor besador de esta patria». El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol reconvertido en guardia civil intervino en la boda para controlar una trifulca entre los novios y los vecinos. Otra vez Antonio y Gumersinda querían irse sin pagar el convite a los invitados. No lo consiguieron. Aunque Rubiales tampoco fue capaz de poner orden y acabó, como ya es habitual, hostigado a huevazos por las pitas, el personaje tradicional del entroido de este barrio ourensano.

Eso sí, los viudos de As Eiroás no fueron la única pareja de la celebración. El mismísimo Rubiales se prometió con la monja que acompañaba al cura durante el desposorio. Hincó rodilla y del modo más romántico que sabía le pidió matrimonio. La religiosa no pudo resistirse y aceptó la propuesta. Este año el entroido del barrio ourensano acabó con doble celebración del amor y mucho baile entre los asistentes.


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