Un diccionario básico para romper la barrera idiomática
Ourense
01 May 2005. Actualizado a las 07:00 h.
Hacerse cargo de un niño, sea ruso o saharaui, conlleva atender sus necesidades básicas durante el tiempo de estancia, además de mucho amor y una buena dosis de paciencia mientras no se rompen las barreras idiomáticas y culturales. Pensando precisamente en mejorar la comunicación, Ledicia Cativa ha editado para este año un diccionario básico que entrega a los acogedores. Pero entre ambos casos hay diferencias, sobre todo económicas. En la acogida de saharauis, las familias no se ocupan de los gastos de transporte. Éstos se sufragan a través de distintos convenios con los concellos y la Xunta. También estas entidades públicas, junto con la delegación gallega del Pueblo Saharaui se encargan de la burocracia. Economía y gestiones En el caso de los rusos, las familias deben asumir la mayor parte del gasto de los viajes. Aunque las instituciones públicas -sobre todo los concellos que van a recibirlos-, aportan alguna colaboración, al igual que Caixanova, el colectivo recibe mucho menos apoyo económico que su homónimo saharaui. Además las gestiones se realizan desde los domicilios de los directivos de Ledicia Cativa. Ellos tramitan los permisos ante las embajadas -rusa y española-, el Ministerio del Interior, la Subdelegación del Gobierno y la Xunta. También se encargan de conseguir los visados correspondientes, uno por cada niño, ya que viajan con pasaporte individual. Uno de los problemas a los que se enfrentan es conseguir la autorización del tutor correspondiente para que el niño pueda viajar -un proceso que pone a prueba la paciencia, según apuntan-, y finalmente, contratan el viaje en avión con una agencia.